Sed bienvenidos...

... los que estáis asqueados de toda la Tontería que nos rodea, los que estáis hasta los cojones/ovarios de aguantar imbéciles e incompetentes, los que tenéis que reventar y no podéis porque vuestra castrante moral judeocristiana os lo prohibe, los que sufríais de pequeños las mofas de seres inferiores, los que esforzándoos no obtenéis recompensa, los que vivís en un mundo que no es para vosotros, los que sabéis parte de la verdad pero os toman por locos, los que necesitáis opinar sin ser juzgados por ignorantes, los que pudiendo cambiar las cosas aún dormimos.

jueves, 30 de septiembre de 2010

FUEGO PURIFICADOR


Como siempre, los hermanos y hermanas han sido benévolos y magnánimos con los pecadores y -utilizando los canales legales de la encuesta - han determinado finalmente la penitencia más pertinente para los "trepas", la cual es justa y necesaria.

La penitencia para estos pecadores es:

1º. HUMILLACIÓN PÚBLICA Y BRUTAL (45% de votos)

Les siguen en orden de preferencia:

2º. Despido y disculpas públicas (25%)
3º. Sodomización candente (12,5)
4º. Guillotina genital (8,3)
5º. A los leones (8,3)

Apréciese, que en casos que lo requieran, sería posible aplicar todas ellas en el orden votado.

Gracias hermanos, por vuestra participación y sabiduría.


Podéis ir en paz.

lunes, 27 de septiembre de 2010

LUCHADORES ÉPICOS

Hermanos, hermanas...

En verdad os digo, hermanos, que a veces me muerdo la lengua cuando escucho a los de antes (y a los de ahora) decir que luchamos por la democracia, que la transición es producto de la valentía del pueblo español, que los cojones patrios… etc, y se les llena la boca con mentiras. Porque que yo sepa a Franco lo esperaron a que la palmara en la cama y de viejo, y lo dejaron campar como quiso toda su vida, y aquí ni Cristo decía nada (que era como para decirlo claro, esquivando el paredón). Y la transición tampoco es que fuera muy luchada; más bien facilitada por un Suárez y un Carrillo que se entendieron como hombres civilizados y no como la masa cobarde que luego pretende ir de épica y heroica.

Aquí nos gusta creernos como los portugueses, que sí tuvieron los redaños para salir con la parafernalia de los claveles, o como los franchutes cortando molondros a la vista de que los tomates se los comían en la corte, o como los indios en plan resistencia pasiva de tírate con tu caballo inglés encima de mí que se va a apartar tu prima la de Cuenca. Pues no señor mío, usted no sabe nada.

Nosotros no somos así. Ese es nuestro “nosotros ideal”. La última vez que plantamos las asaduras fue hace 2 siglos y encima estábamos equivocados. Damos pena. (En la foto: la masa en el fútbol, olvidando que pagan la crisis, vamos, que no es una manifestación ni mucho menos).

A mí me parece muy bien cuando una persona, habiendo pensado sus razones lógicas, decide ir a la huelga. También me parece bien cuando otra persona, argumentando otras razones determina no ir. Lo que me joroba son las razones de chichinabo. Estando esto explicado, lo que sigue no puede malinterpretarse.

Aquí, cuando el gobierno engaña, la gente se queja. Aquí cuando los sindicatos miran para otro lado contando el dinero de la subvención del estado, la gente despotrica e insulta. Aquí, cuando te meten un recorte, ya seas de público, de privado, de concertado o de la madre que nos parió, habiendo dicho antes que la crisis no existía y que maricón el que dijera que no, la gente parece que necesita contención para no ir y arrancarle la cabeza a los de la decisión impopular.

Pero lo curioso es que todo se queda en la boquilla. Los que se promulgan lobos se convierten en chiguaguas, y en los ambientes laborales se empiezan a escuchar gilipolleces y excusas para no tener que poner los cojones en la mesa. Porque el español es como ese crío fanfarrón que se te pone chulo pero sabe que a la primera leche morderá el polvo, por lo que conoce de antemano que por su parte sólo se quedará en palabras airadas.

“Es que la mayoría no va a ir”: Eso es muy de aquí. Yo no tengo opinión propia. Los insultos y amenazas a esa entidad difusa que me recorta los dineros se quedan en canguelos de donde dije digo… Diluyo mi opinión en la cobardía de la masa. Cuando te recorten para no poder pagar la hipoteca, entonces os digo que serán el llanto y el crujir de dientes.

“Es que no vamos a conseguir nada”: Estoy de acuerdo, no haciendo nada, no se consigue nada. Elemental ley física.

“Es que los sindicatos no me gustan”: Igualito que yo. La mayoría son una pandilla de 4200 liberados a tiempo total que están ahí por los jefes para que no den por culo en su oficio, vamos, que no han trabajado en su vida. Puedes protestar por tus propios motivos y no los de estos gandules. De paso aprovecho este púlpito para poner a parir a esos macarras con el título de EGB falseado, los piquetes informativos, que lo que es informar, informan a base de leches e improperios soeces, olvidando que al igual que ellos tienen el derecho a ir a la huelga, otros tienen el de elegir no ir, si sus razones lo dictan así. Lo mismo que te digo la A, te digo la B.

“Es que necesito los 50 euros que me restan ese día”: tiene cojones que los que te digan esto ganen de 1500 machacantes para arriba y su pareja el doble. No veas como se va la pasta cuando te pones a tapear y se te pasa el tiempo paseando a la barra cada N minutos. Esta crisis es como un puto día sin pan, muchacho.

El problema es que aquí, al contrario de lo que se piensa, la gente está acomodada y el que menos se cree hijodalgo y nuevo rico, y es lógico viendo el pasado de muchos que en su vida han tenido un trabajo de mierda, que nunca han pringado de 8 a 22 por 600 pavos al mes, que nunca les han explotado, o que nunca les han echado para poner a la querida del amigo. Cuando se viven estas circunstancias, y repito que es menos frecuente de lo que la gente dice, uno acaba gestando una mala ostia bíblica, y hasta piensa cosas tan feas como que le exprimen, le niegan el derecho a la vivienda, cumple con sus deberes sin tener derechos, se siente una máquina de producción al que pueden usar y tirar… y eso lleva a las ganas de descuartizar, tanto a parlamentarios que faltan a su escaño, como a sindicalistas pseudoempáticos, y liar la de Dios es Cristo.

Puede que con uno no vaya, porque yo, la verdad, soy afortunado. Pero me importa un soberano pepino, porque he vivido esas cosas y te duele la esclavitud, sobre todo cuando tomas conciencia.
Antes de ahora, me recuerdo muerto de miedo e incertidumbre ante la imposibilidad de pagar la casa, vilipendiado por el hecho de trabajar 12 horas y cotizar 1, ninguneado teniendo que ceder el puesto a un incompetente analfabeto, con la autoestima por los suelos por ver que los que se rascaron siguen haciéndolo solo que cobrando más que los que se reventaron a currar, llegando a casa con un cansancio epopéyico y el llanto reprimido por la impotencia.

Así que no tengo otra opción que protestar para dormir tranquilo, y poder decir a mis hijos que aunque aquella vez no cambiamos nada, yo sí luche, y yo sí estuve allí, exponiéndome por los derechos de los que no hicieron nada.

Así que yo no se ustedes. Pero yo, me voy a la puta huelga.


Podéis ir en paz.

martes, 21 de septiembre de 2010

LAS BONDADES DEL ENCHUFISMO


Disculpen los hermanos este revival temático en el que me refiero a entradas pasadas, pero me resulta personalmente necesario descargar hoy la ira del Señor sobre los incompetentes, trepas, y chupaculos una vez más. Me consta que se trata de un tema de honda preocupación entre la gente de bien, entre los hermanos, y hoy en especial, los tentáculos de estos mearruedas me han llegado a mí, y optaré por mi derecho a rajar, que es lo único que se me permite, siempre y cuando lo haga “civilizadamente”, es decir, dejando en paz a los que mandan.

Como decía la hermana Sectaria, tras una acción bélica y sin capacidad de defenderte, puesta en práctica por esta puta escoria infrahumana, cabe tan sólo la tristeza. Es esta una tristeza jodida e inmovilizadora, llena de sinrazón. No se entiende simplemente cómo toda esta caterva de burros con capacidad de regir destinos que te ves obligado a tratar en corto son capaces de llegar a niveles tan astronómicos de descaro, amiguismo y poca vergüenza.

Si hay algo en lo que el incompetente es realmente competente es en dejar en la cuneta a las personas buenas, a los trabajadores, a los educados, a los prudentes, a los mejores. Desconozco si se trata de una mutación que triunfa en nuestro tiempo y los selecciona frente a los más aptos (toda una revolución biológica, hermanos). Pero el caso es que se muestra una realidad innegable. La densidad poblacional del pisatalentos alcanza tal cota de gilipollas por kilómetro cuadrado que parece ya un asunto irreversible y condenado.

Vuestras empresas, vuestros colegios, vuestros ayuntamientos rebosan de imbéciles blindados tan a conciencia que la mínima observación que hagas sobre ellos te pone en riesgo, a ti, al competente. Vuestros concejales son analfabetos, vuestros profesores juegan a trabajar en el colegio… y toda esa comodidad que ven amenazada por las personas preparadas debe ser preservada, por lo que si alguien debe beneficiarse de un sueldo, que sea mi pariente, que para eso nos vemos el sábado para ir de copas. Los trepas aprendieron a unirse. Este es el país cochambroso que merecemos; el país en el que en vez de reforzar a los trabajadores serios, reforzamos a los folclóricos que se pavonean por las empresas jugando a que tienen méritos, cuando en realidad saben que son unos mediocres para mear y no echar gota.

La incompetencia es una lacra y un dominó que se extiende como un virus. Démonos cuenta de que nos han arrinconado, de que ya son más que nosotros. Han comprendido antes que los mejores que aquí no se trata de currar y ser bueno; aquí se trata de que cuanto más idiota menos trabajo te dan y por el mismo sueldo, cuanto más te niegues a hacer tu trabajo más tendrá que hacerlo otro por ti, de que ser incompetente tiene muchas más ventajas, y de que en vez de laborar a la vieja usanza más conviene saber a quién tienes que sacar de paseo y reírle los chistes previo pago de la cerveza. El que comprenda esto triunfará, trabajará fijo, mandará sobre los otros, abortará la evolución positiva, quedará blindado, y cobrará más que tú.

Es el imperio del amigo del que manda, del tate, de la cuñada que prefirió no estudiar porque se sabía respaldada. Y no hacemos nada, porque aunque competentes, nadie nos quita lo panoli. Así, la gente buena, competente y con vergüenza torera, queda relegada con el objetivo de perpetuar toda esta decadencia del compadreo y los reyes ciegos.

Hago un llamamiento a aquel competente y honesto que llegue arriba en cualquier ámbito: Amigo, tú, el que seas… si tienes poder para ello, el primer atisbo de trepa compadrero que detectes, córtalo de raíz. A la puta calle. De lo contrario, verás en breve al imbécil del siglo gobernando el cotarro.

Una cosa me consuela, hermanos:
Ante mi negación a ser como estos HIJOS DE PUTA, me queda dormir tranquilo, porque nunca tendré que pagar el precio que ellos ya están acostumbrados a “tragar” a diario…:

… Chupar pollas.


Podéis ir en paz.

domingo, 19 de septiembre de 2010

EL MENOS COMÚN DE LOS SENTIDOS

Hermanos, hermanas...

En los principios de este blog, para los hermanos incorporados a posteriori, hubo un sermón dedicado a "la Generación Actual de Padres Gilipollas", seguido de otro llamado "El Club del Libro". Ambos sermones versaban sobre el apocalipsis generacional en temas de educación familiar. Además de traerlos hoy a la memoria, me siento obligado a completarlos con este magnífico video, que avala nuestra postura.
Aporto los enlaces de ambos post por si los hermanos que desconocen el tema, desean leerlos.

http://hermanoshermanas.blogspot.com/2010/06/la-generacion-actual-de-padres.html

http://hermanoshermanas.blogspot.com/2010/06/el-club-del-libro-es-la-ilustre.html




Sólo tengo una cosa que decir ante este vídeo: ¡AMÉN!


Podéis ir en paz.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

ANDALUZ JONES Y LA "SERVESITA" MALDITA

Hermanos, hermanas…

Observen con atención este despropósito, para posteriormente analizar la cuestión.



A ver. Vamos a ver. ¿Esto qué es? ¡¡¡PERO ESTO QUÉ COÑO ES!!!!!

Entre los hermanos hay andaluces de muchas provincias, hay madrileños, extremeños, valencianos… que podrán juzgar, discrepar y opinar lo que quieran. Pero yo, en mi condición de andaluz, debo salir al encuentro de tal afrenta, que seguro, ha sido perpetrada por compatriotas sureños.

A un tipo que estudió en alguna facultad sevillita de audiovisuales, se le apareció el concepto del anuncio mientras se escaqueaba del tajo para meterse unas tapitas con unos amigos en una tasca de estas fashion en las que te echan serrín en el suelo, y vió el fulano que aquello era bueno. “¡Illo´mpare, que se m´ha ocurrío un anunsio ahín to chulo con traveling y contraluse y musiquita de peli…!” El tío acaba haciendo para Cruzcampo un clip a lo Michael Bay (que por cierto, mejor que vuelva a hacerle los videoclips a Meat Loaf, porque no ha hecho nunca otra cosa más que vomitar zurullos cinematográficos) y ponerle una BSO que le da igual lo que sea pero que suene a Gladiator por la gloria de tu madre, que eso a la gente le convence tela y acaba bebiéndose el zumo de cebada a como dé lugar.

Lejos quedan los tiempos pretéritos de la leyenda de Tharsis y la gloria de Al Andalus. Lejos esos andaluces, que junto a los extremeños eramos los putos Indiana Jones del mundo, capaces de meterse en una cáscara de nuez en mitad del océano y explorar selvas con monstruos desconocidos y bichos de esos de los que te pican en los cojoncillos. Ahora el andaluz no es más que un jodido vago autocomplaciente, etnocéntrico y endogámico. Que sí, que gente así… en todos los sitios, de acuerdo, y que no todos son así, también. Pero la mayoría de los que veo no son más que acomodados que aspiran a quedarse en su pueblo, trabajando en su pueblo, casarse en su pueblo y morir en su barrio. Patético. Por eso piensan que el mundo es la localidad propia, y que si vas más allá hay un abismo vacío y monstruos.

Admiro de Andalucía la cultura y la historia pasadas, la gastronomía y los paisajes. Pero pregunto al andaluz “de pro” encantado de haberse conocido: De estos bosques de pinsapos, este litoral de arenas saharianas que te estás cargando, esta Alhambra y esta Giralda, esta luz, estos langostinos y este jamón, este pasado en que Córdoba era la capital del planeta… de todo esto, andaluz actual… ¿cuántas cosas son méritos tuyos? Eh? ¡Ninguno mamón!
No hay más que ver la vergüenza ajena que le da a la persona sensata el andaluz ejerciendo de tal, sobreactuando la extroversión e impostando el acento hasta lo jartible. Que triste.
Analicemos este horrible spot de topicazos del que me consta, la población andaluza al uso, está orgullosa:

Andalucía es donde empieza Europa: empezará aquí, pero los recursos, la educación, el civismo y la pasta se los han llevado los demás; así que me importa un carajo dónde empiece.

El andaluz no es un acento, es un castellano entre amigos: ah, joder… claro, como el asturiano, igual, ya lo entiendo. El andaluz es un bonito dialecto que para que conste, la mayoría de los andaluces habla como el culo, las cosas como son, tantos tabúes… Pues yo he visto el andaluz profanado mucho y bien para despellejar por detrás al amigo, eso sí.

Las rubias vienen con tapa: eso es Andalucía Oriental, porque en la occidental la tapa sí que viene con rubias, con monedas de oro que valen.

El tomate no nos lo comemos, nos lo bebemos: alucína con el mérito de esto. Yo me bebo las naranjas, y en China esos tíos bajitos comen escorpiones, con dos cojones.

Nuestros partidos tienen 3º tiempo: Jojo, qué agudo, ¿lo han pillado, hermanos? Se refieren a la fiestaca de después… igual que en Madrid y Cataluña. Para mí que hasta los argentinos lo hacen. Copiones de mierda.

Donde se inició el Nuevo Mundo: lo que pasa es que tuvo que venir un italiano con los arrestos necesarios para ir arreando, porque aquí, y eso lo saben mis compatriotas, de boquilla todo pero de acto nada. Y luego para dar la primera vuelta al mundo desde Sanlúcar de Barrameda, tuvieron que venir a hacerla un vasco y un portugués, porque aquí seguían sin haber bemoles. Ay, tanto rajar de los vascos en vez de aprender de ellos.

No nos dan miedo los cuernos (no, desde luego), los toreamos. Aquí lo que tenemos de los toros son los huevazos que nos pesan sobremanera para hacer lo que sea menester para cambiar las cosas y dejarnos dar por los políticos; otra vez nos pierde la boquilla, y los cuernos.

No somos exagerados, los demás se quedan cortos: me voy a callar. Una vez más “las cosas no son como las ven los demás, son como las veo YO”. El mismo etnocentrismo que nos lleva a ver el Coliseo y decir que como la parroquia de tu pueblo nada.

Nos partimos la camisa: eso no lo entiendo. No veo la relación entre andaluz y gitano; será porque estudié.

Pero la mentira que me saca de quicio hasta límites insospechados es: Amamos la amistad. No me refiero a los hermanos, que son personal escogido. El andaluz generalizado va de extrovertido y divertido, vendiendo su gracejo y desparpajo esperando oir risas como respuesta, pero no se engañen los forasteros, el andaluz medio más allá de esto no te va a meter en su grupo de amigos ni de coña. Los grupos de amigos andaluces suelen ser herméticos, cerrados y endogámicos, además de superficiales. Se cagan de miedo ante una dificultad real del pobre amigo necesitado, pero responden raudos ante una invitación a la “servesita en la plasita” o la juerga padre.

De las ferias y del politeísmo andaluz hablaremos con total seguridad en el momento propicio. Porque este tema es para dos o tres post exlusivos y partirnos la caja torácica del todo.

Muchos andaluces se podrán sentir ofendidos. Espero ofender sólo a los que he descrito, nada más. Me tacharán de traidor y amargao pensando que odio Andalucia y no valoro la vitalidad de la gracia andaluza superior a las otras culturas. Me importa un mojón, los respeto en su error y su estrechez de miras, y me cago en ellos. Pecadores. Me crucificarán, como hicieron con nuestro Señor.

A los hermanos andaluces: seguid siendo los andaluces que sois, porque esta tierra, si merece ser salvada, además de por su pasado, es por vosotros, los herederos de ese enorme y bonito mestizaje.

¡Andalucía ha muerto. Viva Andalucía!

Podéis ir en paz.

sábado, 11 de septiembre de 2010

HIJO DE VECINO

Mis vecinos son unos hijos de puta.

Mi vecino contiguo organiza ágapes en la terraza de su casa que duran hasta las 2 ó las 3 de la madrugada, donde una serie de conocidos convidados, a la vez que zampan el condumio de la barbacoa, opinan en voz alta, emiten risotadas, y permiten a los niños (todos pequeños) corretear por la casa, llorar, gritar y no acostarse hasta que les salga de la punta del cimbel volver a sus respectivas guaridas. En definitiva, se esfuerzan en dar por culo, eso sí, desde el respeto y la tolerancia. Pareciese que el que se sabe vecino de otro, viérase en la obligación y meta de meter ruido y joder al prójimo como a sí mismo. ¿Qué tiene la gente en contra del silencio y el descanso, máxime cuando se practique en la intimidad del hogar?.

Como comprenderán, en noches como ésta es muy difícil dormir. A ellos les importa un mojón que los demás vecinos tengan que levantarse pronto para trabajar. Es más, me parece que ni siquiera lo consideran; no se les pasa por el saco de serrín que soportan sobre los hombros. Creo que es muy diferente el asunto cuando lo que perturba sus vidas son los estímulos sonoros de otros; ahí sí caen en lo malos que son los demás.

Pero observando a estos chupacolillas, comprendemos muchas cosas sobre su parejita de hijos de la gran España. Lejos quedan las benéficas influencias de Don Pimpón:

En un día de los normales, lo único que se le oye a mi vecino son gritos hacia los niños. Todo lo dice gritando como un mandril. Los niños, como es normal, lloran. Pero no lloran de verdad. Lloran, como la mayoría de los niños de esa edad, de mentira. Lloran como instrumento para a veces enternecer a la madre y otras para desquiciar al padre, pero siempre con un mismo objetivo: hartar a los padres y someterlos. Estos dos miembros de la GPG (Generación de Padres Gilipollas) negocian con los hijos para que se callen, les prometen cosas, ceden a chantajes. Cuando la retoña tira de cuerdas vocales y el mandril cabeza de clan se desespera, la coge de la mano y jala de la cría haciéndola correr por todos los pasillos de la casa a las 3 de la madrugada mientras le grita “¡¿qué?, ¿más… quieres más?, ¡a ver si te cansas de una puta vez y te duermes!”. Imaginen la escena y flipen, y si pueden, descojónense.

Paralelamente a los gritos familiares que se dedican entre ellos, vemos escenas de lo más tierno en estos tiempos mediocres. Ese padre cogiendo a la criatura y cantándole desde que tenía unos meses, el glorioso himno del Real Betis Balompié, (así, con todas las letras, que se note el orgullo, ese sentimiento deportivo aunque tenga una barriga cervecera soberana). Rediós… los vellos de punta se me ponen. Pero de mala hostia. El jodido himno una y otra vez, fuerte y con honra para inculcarlo al infante, cantado por el mismo gilipollas que cuando el hijo pinta la pared con indeleble te dice que no pasa nada, que ya aprenderá a no hacerlo, que todavía es muy chico para entender (claro, es que la criatura, en un acceso de ciencia infusa, a la edad X, le serán desvelados todos los secretos del universo sin que nadie le enseñe las cosas). Otros valores culturales serán celosamente traspasados al retoño, como la homofobia, la necesidad de poseer cosas, y el imperativo moral de levantar las faldas a las niñas.

¡Dios… socórrenos, ten piedad de nosotros, Señor! No olvides aquí tirados a los cuatro monos medio cabales que aún quedamos en este mundo lleno de retrasados funcionales. ¡Qué soledad, Dios mío, más grande! Dan ganas de coger a los Hermanos y Hermanas y fundar una comuna en Marte lejos de esta mierda. ¡Reivindico un Diluvio pero ya!!!

El hijo del vecino berrea ante el castigo de su madre, que a los 3 minutos cede y le deja libre tras una promesa en vano del engendro. El padre, que ayer chillaba a la niña como el que se pelea con un gorila de discoteca, hoy amenaza a la seño porque su hija no va a repetir se ponga la maestrascuela como se ponga, porque su hija es una santa, y lo que pasa aquí es que el colegio la tiene “cruzá”. Esa niña buena de 5 años, con regalo de papá día sí y otro también, es la misma que le llama hija de puta a la madre, mierdosa… y además… tonta.

¿Cómo le vas a decir a tu hijo que se acueste hoy a las 22.00, que empieza la champion y hay que verla tranquilo, si cuando vienen tus esbirros a casa no los acuestas hasta las 3?. Ah, coño… se me olvidaba, el niño tiene que aprenderlo solo, y tú tienes claro que aunque te dio por tener niños, tú tienes tu vida y no vas a renunciar a tu derecho a hacer lo que te salga. Con el desorden y la paupérrima organización, y lo poco que os importa, está claro que los niños os salgan unos bueyes almizcleros (sólo que sin capacidad volitiva), y rebuznen cada vez que quieren algo, o haya que limpiarles el culo hasta los 35, u os salgan hiperactivos perdidos, además de maltratadores… Normal.

Condeno a estos pecadores a sufrir las consecuencias y resultados de la abominación que están creando. Que vivan para soportarlo en carne propia.
Hermanos, no es para vosotros, esto es para ellos, y discúlpenme pero es personal. A mis vecinos y sus criaturas, desde el respeto y la tolerancia: sois unos cabrones y unos hijos de perra. Tenéis la vida de mierda que merecéis.

Podéis ir en paz.

sábado, 4 de septiembre de 2010

FASHION VICTIMS O LAS EMPERATRICES DE TRAPISONDA

Hermanos, hermanas…
En verdad os digo que en estos tiempos que corren se estila y se exige el no llamar a las cosas por su nombre. Ejemplifiquemos: Depresión postvacacional en lugar de “quiero seguir más tiempo rascándome las pelotas” o Diagnóstico de Hipoactividad Desafiante en lugar de “niñato flojo al máximo que se niega a estudiar y a cualquier menester porque considera que se está mejor en el sofá” (en definitiva, Flojexia porculera). Sin embargo existen algunos términos que, buscando ser demagógicos, estúpidamente correctos, y benignos para el pinchasacos de turno, vienen a dar sin querer, en toda la madre.

Me refiero a los pecadores de la semana: las fashion victims y los amigos del shopping. Por sus bolsas de tiendas de ropa a dos manos las conoceréis. Intentaremos demostrar la ínfima diferencia existente entre este ser insensato y la vaca que apaciblemente pasta en el campo con su rebaño de referencia. Respeto por supuesto la gran dignidad del vacuno. (En la foto 1: felices borregos inconscientes de que les están trasquilando que da gusto. En la foto 2: ¿capitalismo o comunismo?).

La esclava del shopping (deporte rey en la sociedad occidental) no sacó rendimiento y provecho a sus estudios medios y universitarios, y no conoce la diferencia entre capitalismo y comunismo; le importa un carajo. Es una alumna aventajada del sistema – y permítanme por ahora el uso del género femenino - de las que hay millones, que no cuestiona nada del mundo en el que vive porque le parece maravilloso. Esto lo ha aprendido en la tele, de sus personajes histriónicos (periodistas de mentira, sobreactuados pero simpáticos mariconcetes, ex novias de futbolistas y marca politono para bajarte la música de DJ Pajero), y ha asimilado tal y como el sistema planeaba, que ella es la más, que puede ser la más cool, la reina, siempre y cuando compre de manera continua una serie de articulillos que te aseguran la gloria efímera de una mirada envidiosa de tu amigastra en la botellona, en el cotillón o en la reunión de vecinos.

Ya sea pseudoestudiante, mileurista que vive con sus padres sin aportar ni para un triste pan bimbo, o triunfadora dependienta de una tienda de chinos, la fashion victim se conoce por una serie de patrones conductuales y estéticos:
La muchacha, “mu mona y mu limpia”, tras haber dedicado unas horas al ego frente al espejo (y dejando el baño que da asco para que lo limpie su señora madre), sale maquillada de casa y subvencionada con el dinero de papá, con la ropita que se compró en la sesión de shopping de ayer por la tarde con las amigas. Estas amigas aprobaron y desaprobaron lo que debía comprarse y la tonta del culo asimiló cada una de las razones que las arpías dijeron: “ay tía, eso te vas poner… con esto estás supermona… verás tu el Johnnie cuando te vea… ay, es que somos las mejores amigas…”. Y la muchacha, que con sus artes y letras tampoco da para mucho, está segura de estar comprando una ropa que le hará superatractiva, superdiferente y superespecial. Realmente, lo que se acaba de comprar es el mismo uniforme que llevan en su Colectivo de Amigas Contribuyentes al Enriquecimiento del Tío de Bershka. No caed en la confusión de que la victim es un bellezón (nada que ver); es patético ver toda esa cantidad de feos de cojones con musculitos y complementos a lo Beckham, y esas focas poligoneras intentando ponerse una 38 (y oiga usted… que se la ponen, y la llevan por la calle y todo, no me sean, que está de moda no tener complejos aunque vayas de payaso). Vea por la calle ese top tan mono de la modelo del fotoshop, exponiendo el rebosante tocino de la susodicha embutida.

Si tiene novio estable (porque los rolletes no se dejan embaucar para lo que está a punto de acontecer) le obliga a someterse a la sesión de tortura de acompañarle una por una a cada tienda del centro comercial. ¿Esto por qué? Hay innumerables teorías: unos abogan que es para dar por culo simple y llanamente, otros más serios aseguran que se trata de la inseguridad latente y nuclear que habita en estas personas, que les lleva a tener un panoli al lado que les de garantía de que con cualquier trapillo están como la niña de la foto.

Y atención queridos parroquianos, porque aquí se plantea una cuestión peligrosa de todos conocida: la pregunta trampa. Esta interrogación es de una ingeniería psicológica sin igual, envidiada por la Gestapo, y que le condena haga el panoli lo que haga. “¿Estoy mona con esto, no me hace gorda?”. Siguen unos microsegundos de espanto e indecisión en el que el acompañante traga saliva y se prepara para escupir la verdad o la mentira que igualmente saldrá por la culata. A la parienta, la verdad le ofenderá sobremanera, y la mentira será tomada como una forma cunera de salir del paso. A esto le sigue un movimiento agresivo de dejar la prenda en su sitio y hacer un ademán de vete a mirar a esas guarras que están más buenas que yo.

Este evento explica, junto al aburrimiento, el motivo de que esos bancos en los pasillos de los centros comerciales y los asientos de las zapaterías (reservados para que las señoras consuman aún más calzado innecesario) estén siempre petados de hombres y niños hacinados como ostras sufriendo un tedio soporífero. La mayoría de las broncas familiares en estos templos del capital son debidas a estas incompatibilidades con respecto a la forma de consumir: el hombre recorre el camino más corto para ir a una tienda concreta y adquirir un cachivache ya pensado, la mujer recorre la combinación más compleja de metros para pasar 3 veces por las mismas tiendas y comprar unos trapos improvisados que cuestan un sumatorio de una millonada. Incompatible.

Entiéndase que la fémina no es en exclusiva la victima de lo fashionable. El patrón del machote es simplemente diferente; este no suele comprar muchos artículos a precio módico, éste compra pocas veces pero se agencia unos artículos que te vacían la cuenta en cero coma (el último deportivo, el último home cinema, el aparatejo de última generación). Al fin y al cabo, inseguridad, hermanos, sólo inseguridad, el alimento de la vanidad. Cuanto más grande el coche, más chica la destreza con la picha, ea. En definitiva ellos compran para obtener objetos suntuarios, objetos de poder. Ellas para autoengañarse y creerse la reina de Saba. Y olvidar la terrible verdad que reprimen: que en realidad son simples hijos de proletarios, de los que se avergüenzan, y de los que no conservan ni la dignidad.

El/la fashion victim va por la calle cargando bolsas (no le pidas que cargue alforjas), con gafas de sol en sitios cerrados, y poniendo morritos “pafuera” (aviso inconsciente de su próximo injerto de colágeno). Es ridículo pero se cree el mejor. Ninguna persona cabal, quizás debido a que los cabales escasean, le ha advertido que no hay ninguna cámara siguiéndole, y de que esa banda sonora que le acompaña no la escuchamos los demás.

Algún día dedicaremos otro sermón a otro tipo de victima de la moda más de tipo vintage; me refiero a los nerd, gafapastas y snobs de este tipo (Foto 3: gilipollas que vienen a ilustrar el caso). ¿Qué hago? ¿Condeno a estos infelices? Para qué… ya están condenados. En el pecado va la penitencia. Mi humilde consejo para los hermanos y hermanas es que vuestra seguridad os lleve a vestiros para protegeros del frío y de la forma que os de la gana.

Que el Señor esté con vosotros.

Podéis ir en paz.