Sed bienvenidos...

... los que estáis asqueados de toda la Tontería que nos rodea, los que estáis hasta los cojones/ovarios de aguantar imbéciles e incompetentes, los que tenéis que reventar y no podéis porque vuestra castrante moral judeocristiana os lo prohibe, los que sufríais de pequeños las mofas de seres inferiores, los que esforzándoos no obtenéis recompensa, los que vivís en un mundo que no es para vosotros, los que sabéis parte de la verdad pero os toman por locos, los que necesitáis opinar sin ser juzgados por ignorantes, los que pudiendo cambiar las cosas aún dormimos.

domingo, 27 de enero de 2013

ARTE vs HAMBRE

Hermanos, hermanas...
En este país en el que muchos parados en vez de buscar curro, se van a ver entrenar al Betis, no es tampoco raro que un político pague 300.000 euros de dinero público en una mega-escultura contrahecha y perturbadora a un puto chiflado amigo suyo para decorar un aeropuerto desierto, y que a la gente le parezca lo más normal del mundo.

¿Pero qué es el arte, hermanos? Es esa la pregunta que se hace en bucle en cada universidad, escuela de arte y museo del mundo, sin obtener respuesta concreta, y muchas veces contradictorias o mutuamente excluyentes. Bajo mi punto de vista, puedo entender el arte como la producción de un estímulo con la capacidad de provocar una emoción (para bien o para mal) y/o una reflexión personal. Pero acerquémonos a la realidad y veamos cómo se valora el tema, que eso ya es harina de otro costal, máxime cuando tratamos el arte contemporáneo y ultramoderno, el no figurativo (vamos, en el que el fulano de turno no puede decir: “uy, mira esa tía gorda, la han sacado clavadita, que se va a salir del cuadro”).

El arte moderno y el mundillo que lo rodea es básicamente una mierda engañosa y corrupta, en la que se denomina arte serio a lo que un grupo de gilipollas deciden, unidos por su amistad de cafetería, dinero de sus familias acomodadas, e intereses político-económicos (que a partir de ahora llamaremos “generación”). Lo que se salga del criterio de esta panda de botarates no es arte, y por lo tanto no vale dinero. Entre los criterios que hacen de una expresión una obra de arte, están:

Primero: pertenecer a la generación o caerle bien a alguno de sus miembros, para lo que se aconseja pelotear sus chorradas, hacerle de mamporrero en la inauguración de su exposición, o tomarte las cervezas con él.

Segundo: ser excéntrico, que sirve para llamar la atención, como tarjeta de presentación o cartel publicitario… es impagable. Se aconseja un amaneramiento exagerado, efecto acabado de levantar, actitud egocéntrica, y ayudarse en lo posible de porros o rayas de coca.

Tercero: aunque vayas de sensible y artista, sólo te importarán las relaciones con la gente de pasta (concejales, nuevos ricos, narcos… ya sabes, gente de bien) que son los que te van a echar de comer; no te engañes.

Cuarto: acercarse al sol que más calienta es a veces una cuestión étnica (no todo el mundo vive en New York). Si vives en un pueblo andaluz, échate unas birras y unos chistes verdes con los cofrades y capillitas, y con algo de suerte te van a salir trabajos hasta que al hijo chico del hermano mayor de la hermandad le dé por estudiar Bellas Artes.

Quinto: Inventa una historia rocambolesca hablando de tí mismo en tercera persona y con un nombre cool (ahí, como mitificando con estilo), eso siempre resulta infalible. Por ejemplo: “Su nombre era Marcus von Tennesse, expulsado de todas las escuelas de arte de Barcelona, París y Chicago por transgresor, educado por una comunidad de ermitaños en su infancia desde que sus padres desaparecieron en extrañas circunstancias. Inadaptado e hipersexual, se hizo figura a los 16 años al exponer un retrato del Papa cagando. Entre sus parejas sentimentales se encuentran Madona, Julia Roberts, Guti, y la mascota de su mecenas, Chupi. Polifacético, lo mismo pinta un cuadro, que suelta unos poemas con su música, que te hace un corto con super 8, que te cocina un plato de lentejas de la abuela con su chorizo y todo”.

Sexto: Haz un performance donde uses los siguientes elementos; una lata, heces fecales propias, una antorcha, pintura roja, música de ultratumba y gritos a tutiplén. Dale un significado trascendente y anticapitalista y no fallará.

De esta forma, el arte moderno es dos cosas. Por un lado una forma más de que una banda generacional de ineptos gane una pasta formidable sin hacer nada. Por otro, un método magistral del rico para blanquear dinero. (Véanse los casos de todos esos magnates con un Pollock en el baño, que no saben ni quiénes son Delacroix o Zurbarán, o si estos juegan en el Manchester o el Bayern).

Lo que pagan es la firma. La firma del tío ya encumbrado como artista. Encumbrado por la generación pertinente, por los que manejan el cotarro del mundillo en ese momento. Las obras de arte de verdad, en su 95% se perderán para siempre. Porca miseria, hermanos.


Recordemos el suceso hace poco en Arco, cuando sobre un cuadro protagonizado por un grotesco personaje de cabeza descomunal y rasgos expansivos, preguntaron a todos los pringaos presentes, y aseguraron que era una obra perturbadora, cargada de ironía, protesta contra el sistema establecido, ansiedad social, y todas las chorradas que se suelen decir. El cuadro, había sido pintado por un crío de 5 años en la clase de infantil de su colegio, ajeno a que el mundo en el que vivirá su adultez dentro de poco, estará lleno de mentiras y de mierda.



Podéis ir en paz.

viernes, 18 de enero de 2013

PARADOS DE LARGA CORRUPCIÓN

Hermanos, hermanas…

 La encargada del mostrador de Cáritas suda la gota gorda currándoselo, gestionando los paquetes de macarrones, las latas de tomate, y los geles de ducha. Al lugar acude una masa de personas de toda clase. De los que aparecen en las estadísticas como necesitados, parados de larga duración, sin recursos y al borde del desahucio. Pero un tipo humano es notable entre las gentes.

 Señalamos en concreto a la maruja de tinte arrubiado y grasiento, en chándal y babuchas, que siempre está de buen año, gorda de comer bollería y teleras de jamón, y fumando tabaco del caro. Son legión. No tienen complejo ni vergüenza de presentarse de esa guisa en el local de ayuda social. Ellas lo valen. Vienen de desayunar en la cafetería del barrio donde hacen terapia de grupo poniendo a parir al médico. Tras poner la mano y pedir las bolsas que les corresponden volverán al segundo café para continuar la tertulia antes de echarles de comer a los 3 niños de 30 años que tienen acostados hasta las 15:00 en su casa.

 Una de las gordas se aproxima con cara de asco a la encargada y tras un gruñido pseudohumano, pide lo suyo. “Niña, échame también unas cocacolas, mi-arma, estírate… oy por Dió, qué rácana…”. La encargada contesta que Coca Cola no hay, que es un producto de lujo. La gorda sigue culpando a la mujer y a su avaricia administrativa, alegando que la quieren matar de hambre.

 A la gorda le suena el Whatsapp de su Samsung Galaxy III. Es el niño mayor. Que dónde tiene el dinero para el Kickboxing. La madre le dice que en la entradilla y lo manda a tomar por culo. Cargando las bolsas hasta el coche, cierra el maletero y se va con las amigas a reactivar la economía de la cafetería con la paguita que el marido recibe por retrasado y los 400 euros de los niños.

 La encargada, que sabe del pie que cojea cada personaje del barrio, se caga en los muertos de la administración y de las focas en chándal. Se acuerda de su hijo el licenciado, con mujer y dos hijos, él en paro y ella con sueldo de mierda, que buscan todos los días algo mejor, una actividad digna, sin chupar de los demás, pensando en emigrar antes que en gastar los recursos de la comunidad. Una comunidad que tiene gente buena como ellos, y también, como hemos visto, verdaderos cerdos hijos de puta.

 Podéis ir en paz.

domingo, 6 de enero de 2013

INDEPENDIENTE DE MENTIRIJILLA

Hermanos, hermanas…

En esta sociedad nuestra en la que a la gente lo mismo le da un filipino que un chino, un paje de rey mago atiende a los niños con un cigarro de liar en la mano, o el desfile de gilipuertas de una despedida de soltera disfrazadas de Paris Hilton con pollas en la cabeza es el sumun de la experiencia vital, no es raro el fenómeno generacional que hoy describimos. El pecador del mes: el vago con pretensiones de emanciparse. Hay jóvenes de cuerpo pero pre púberes de mentalidad, cuya infraeducación dada por los inútiles de sus padres, no les da para sentir el más mínimo petardazo de incoherencia y de hipocresía. Son personajes baratos, vulgares, chupadores de derechos sin cumplir un solo deber.

Este joven de turno, al llegar a una edad en la que no lo aguanta ni la madre que lo parió, siente la necesidad de realizarse, pero de una forma fácil, sencilla y sin contraprestaciones; como todo lo que ha vivido hasta ahora. No tiene trabajo ni lo busca, o de tener, el sueldo se lo gasta en sus vicios (que lo mismo es coleccionar todas las figuritas de Warhammer, que beber hasta perder el sentido con los amigos, que pasarse las noches pasándose todos los Resident Evil que existen), pero por su trigésimo cuarto cumpleaños quiere independizarse. Quiere un piso / picadero donde vivir a pierna suelta, andar en pelotas, no dar explicaciones, hacerse macocas sin tener que esquivar a los padres, organizar torneos de Play con sus amigos beodos y porreros, juntar a sus amigas en fiestas de pijamas que acaban con tíos a los que trabajar el pilón, y disfrutar de las bondades de la vida emancipada.

Cuando el joven o jóvena de nuestra historia se ve como autosuficiente, empieza a darse cuenta de que… hostia tú, es difícil. Se le había olvidado hacer la cuenta de restar que le señalaba que el alquiler de su piso tan chulo es de 600 y su sueldo es de 400. También resulta que la comida cuesta jurdeles, la limpieza es algo que siempre ha creído que hacían los duendecillos por las noches, la luz y el agua aparecían porque se le daba vueltas a la llave del grifo o se apretaba un botón. Lo único que está contemplado en el plan de gastos, al parecer, es el tabaco y las birras. Ups.

Pero no crean, hermanos, que esto es un contratiempo. Esto se soluciona de la misma forma que todo. Con la palabra mágica: “¡Omaaaaaá!” El joven maduro, con pelos en todos los sitios desde hace veinte años, es asistido por la criada de su madre, que orgullosa de servir, se adelanta a la segunda palabra del niño/a para endiñarle un tapergüer por cada día de la semana, lavarle la ropa, pagarle el alquiler, y la gasolina del coche que le coge al padre. La progenitora mientras, esgrime frases del tipo “la pobrecita de mi niña”, “si no conozco yo a mi hijo, quién lo va a conocer”… y tonterías autoesclavistas de ese tercio. El vástago/a está en casa de los padres todo el rato, comiendo consumiendo, y dando por culo, pero va a su piso cuando quiere fiesta de colegas, ver porno, cuando los padres le calientan la cabeza, o llevarse al huerto al compañero de trabajo para el fornicio. Quiere independencia para lo bueno, quiere confort para lo malo. Los padres, que siempre fueron unos meapilas y unos pagafantas, lo hacen posible.

Sus hijos, orgullosos y pagados de sí, te aseguran en toda la cara la siguiente afirmación: “Es que yo… vivo independizado”. Tú vives en tu mundo de la piruleta, cacho de mamahostia.

Que conste que esto es un tema muy generalizado no sólo entre los singles, sino también en matrimonios jóvenes que tras casarse viven consumiendo en casa de los padres por comodidad y por dependencia, necesiten o no ayuda económica. Te casas con parafernalia, te amueblan un piso, te pagan un viaje a Tailandia o a Cancún, tienes hijos, pero no has dejado de ser un puto crío dependiente y comodón. La verdad es la verdad. Y si se es tonto, se es.

La gente quiere aparentar sin hacer el esfuerzo de ser. Y para ser verdaderamente autosuficiente hay que poder, y además tener cojones. Y los cojones simbólicos, que están muy hermanados con la coherencia y la honestidad, hoy en día son un bien muy preciado que tienen muy pocos. Y todos estos infraestimulados, no los tienen.

Podéis ir en paz.