Sed bienvenidos...

... los que estáis asqueados de toda la Tontería que nos rodea, los que estáis hasta los cojones/ovarios de aguantar imbéciles e incompetentes, los que tenéis que reventar y no podéis porque vuestra castrante moral judeocristiana os lo prohibe, los que sufríais de pequeños las mofas de seres inferiores, los que esforzándoos no obtenéis recompensa, los que vivís en un mundo que no es para vosotros, los que sabéis parte de la verdad pero os toman por locos, los que necesitáis opinar sin ser juzgados por ignorantes, los que pudiendo cambiar las cosas aún dormimos.

lunes, 18 de julio de 2011

DE NEGRITOS Y CONDICIONAMIENTO OPERANTE (2 de 2)

... Como ibamos diciendo: los hermanos, cuando hablamos de la esclavitud en nuestra sociedad, entendemos el concepto. Pero es de difícil comprensión dentro de una comunidad de necios en la que se ve normal e incluso con benevolencia, la escena en la que un niño de 12 años increpa a su pánfila madre en un centro comercial a que termine de una vez de comprarle los botines que anuncia Messi, porque al infante le urge salir a fumarse el cigarro de las 11,30.

En innumerables sermones hemos explicado en qué consiste el fenómeno de la esclavitud moderna, y para no repetirme, me remito a "Resumen y Profecía" (Mayo´11). Pero cuando me refiero a que los centros comerciales, por ejemplo, suponen las nuevas plantaciones negreras o las modernas galeras romanas, me refiero a que somos para los de arriba, unos simples generadores de energía/dinero que no cuentan con valores vitales ni sentimientos, fuera de los que ellos puedan necesitar para sus provechos. Ya hemos hablado suficientemente sobre el consumo. Fijémonos hoy en un aspecto concreto del mismo, que nos ejemplifica como meras máquinas productoras de superbeneficios ajenos: las tarjetas de club.

¿Quién no ha sentido pena (u otros, cachondeo) al ver a la rata de laboratorio pulsar el botón verde para recibir comida, evitar el rojo para que no la frían a petardazos, y esperar mientras hace rituales varios a que concluya el intervalo fijo o variable (hm , me recuerda a la terminología bancaria) para que el agujero le endiñe el manduque? Vayan al Fnac, por ejemplo, paraíso del friki gafapastero, y jaula-caja de Skinner (como cualquier Carrefour, H&M, o local por el estilo). Les ofrecerán una tarjeta muy cool que cuesta 15 euros hacerla, que registrará - milagros de la tecnología punta - los pastizales que te gastes en los productos propuestos por el negocio. Por cada compra, el irresistible 2% de los machacantes irán a engrosar el sumatorio que luego podrás usar para descuentos. Te proponen este juego como si nada (acumular un porcentaje de pasta para que me salga más barato o gratis la Wii, la tele en 3D y las figuritas de tías hentai en bolas... mola) y la gente, creyéndose que tienen la inteligencia que no mostraron en el colegio, se lo traga.

Y lo peor es que nunca descubrirán que tendrán que gastarse 100 euros de compra para acumular 2 euros. Que si quieren comprarse un videojuego de 60 euros, tendrán que hacer 30 compras de 100 euros (gastarse 3000). O que para simplemente amortizar los 15 napos que costó la tarjeta tendrán que gastarse previamente 750 euros yendo allí y apretando el botón verde de recibir el condumio, antes de que el suelo te fría las Nike chulas que llevas contigo dentro. Y para que aprietes ese botón como un condenado, al tipo de Senegal de la entrada anterior le quitan el pescao y lo que haga falta, por lo que saldrá de la deuda cuando las ranas tengan tupé. La banca gana.




Así que a los que hicieron la ESO; fíjense en las fotos de los negritos de las plantaciones, de los Kunta Kinte, y el dibujo de la rata de Skinner que estudian las estudiantes de psicología, pijas y consumidoras de Woman Secret...



Pues nosotros... igual.



Podéis ir en paz.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo con usted señor Predicador. Las tarjetas Club no son más que una herramienta para sacarte el dinero por el lado que no tienen vigilado. Habrá quien las amortice haciendo al técnica del "costito", es decir, una compara mensual que quita el hipo y que te obliga a tener un arcón frigorífico en el mini-piso, pero esos casos se pueden contar con los dedos de una mano.

    Lo que especialmente me llama la atención del tema es que haya personas que piquen en este tipo de estratagemas y luego no aplique las mismas costumbres en otro sentido. Por ejemplo, si te dicen que la cosa está muy mal de empleo podrían parar sólo en gasolineras que no tengan autoservicio, o si te calientan la oreja con que nos están invadiendo los extranjeros podrían mirar la etiqueta de los productos que compran y adquirir sólo aquellos producidos y empaquetados en su amado país.

    En resumen, coger rutinas o costumbres es bien sencillo, pero habría que inculcar las que realmente fueran sanas y no solamente las que tengan recompensa inmediata o promesa jugosa.

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.