Sed bienvenidos...

... los que estáis asqueados de toda la Tontería que nos rodea, los que estáis hasta los cojones/ovarios de aguantar imbéciles e incompetentes, los que tenéis que reventar y no podéis porque vuestra castrante moral judeocristiana os lo prohibe, los que sufríais de pequeños las mofas de seres inferiores, los que esforzándoos no obtenéis recompensa, los que vivís en un mundo que no es para vosotros, los que sabéis parte de la verdad pero os toman por locos, los que necesitáis opinar sin ser juzgados por ignorantes, los que pudiendo cambiar las cosas aún dormimos.

domingo, 6 de enero de 2013

INDEPENDIENTE DE MENTIRIJILLA

Hermanos, hermanas…

En esta sociedad nuestra en la que a la gente lo mismo le da un filipino que un chino, un paje de rey mago atiende a los niños con un cigarro de liar en la mano, o el desfile de gilipuertas de una despedida de soltera disfrazadas de Paris Hilton con pollas en la cabeza es el sumun de la experiencia vital, no es raro el fenómeno generacional que hoy describimos. El pecador del mes: el vago con pretensiones de emanciparse. Hay jóvenes de cuerpo pero pre púberes de mentalidad, cuya infraeducación dada por los inútiles de sus padres, no les da para sentir el más mínimo petardazo de incoherencia y de hipocresía. Son personajes baratos, vulgares, chupadores de derechos sin cumplir un solo deber.

Este joven de turno, al llegar a una edad en la que no lo aguanta ni la madre que lo parió, siente la necesidad de realizarse, pero de una forma fácil, sencilla y sin contraprestaciones; como todo lo que ha vivido hasta ahora. No tiene trabajo ni lo busca, o de tener, el sueldo se lo gasta en sus vicios (que lo mismo es coleccionar todas las figuritas de Warhammer, que beber hasta perder el sentido con los amigos, que pasarse las noches pasándose todos los Resident Evil que existen), pero por su trigésimo cuarto cumpleaños quiere independizarse. Quiere un piso / picadero donde vivir a pierna suelta, andar en pelotas, no dar explicaciones, hacerse macocas sin tener que esquivar a los padres, organizar torneos de Play con sus amigos beodos y porreros, juntar a sus amigas en fiestas de pijamas que acaban con tíos a los que trabajar el pilón, y disfrutar de las bondades de la vida emancipada.

Cuando el joven o jóvena de nuestra historia se ve como autosuficiente, empieza a darse cuenta de que… hostia tú, es difícil. Se le había olvidado hacer la cuenta de restar que le señalaba que el alquiler de su piso tan chulo es de 600 y su sueldo es de 400. También resulta que la comida cuesta jurdeles, la limpieza es algo que siempre ha creído que hacían los duendecillos por las noches, la luz y el agua aparecían porque se le daba vueltas a la llave del grifo o se apretaba un botón. Lo único que está contemplado en el plan de gastos, al parecer, es el tabaco y las birras. Ups.

Pero no crean, hermanos, que esto es un contratiempo. Esto se soluciona de la misma forma que todo. Con la palabra mágica: “¡Omaaaaaá!” El joven maduro, con pelos en todos los sitios desde hace veinte años, es asistido por la criada de su madre, que orgullosa de servir, se adelanta a la segunda palabra del niño/a para endiñarle un tapergüer por cada día de la semana, lavarle la ropa, pagarle el alquiler, y la gasolina del coche que le coge al padre. La progenitora mientras, esgrime frases del tipo “la pobrecita de mi niña”, “si no conozco yo a mi hijo, quién lo va a conocer”… y tonterías autoesclavistas de ese tercio. El vástago/a está en casa de los padres todo el rato, comiendo consumiendo, y dando por culo, pero va a su piso cuando quiere fiesta de colegas, ver porno, cuando los padres le calientan la cabeza, o llevarse al huerto al compañero de trabajo para el fornicio. Quiere independencia para lo bueno, quiere confort para lo malo. Los padres, que siempre fueron unos meapilas y unos pagafantas, lo hacen posible.

Sus hijos, orgullosos y pagados de sí, te aseguran en toda la cara la siguiente afirmación: “Es que yo… vivo independizado”. Tú vives en tu mundo de la piruleta, cacho de mamahostia.

Que conste que esto es un tema muy generalizado no sólo entre los singles, sino también en matrimonios jóvenes que tras casarse viven consumiendo en casa de los padres por comodidad y por dependencia, necesiten o no ayuda económica. Te casas con parafernalia, te amueblan un piso, te pagan un viaje a Tailandia o a Cancún, tienes hijos, pero no has dejado de ser un puto crío dependiente y comodón. La verdad es la verdad. Y si se es tonto, se es.

La gente quiere aparentar sin hacer el esfuerzo de ser. Y para ser verdaderamente autosuficiente hay que poder, y además tener cojones. Y los cojones simbólicos, que están muy hermanados con la coherencia y la honestidad, hoy en día son un bien muy preciado que tienen muy pocos. Y todos estos infraestimulados, no los tienen.

Podéis ir en paz.

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