Donde se narra cómo el Predicador y los Hermanos dan matarile y desfacen los entuertos de los amigos de lo ajeno

Hermanos, hermanas…

Los amigos de lo ajeno. Podríase pensar que el tema que nos ocupa hoy es el de los cacos o ladrones de poca monta, pero no. Hoy nos encargaremos de los de mucha monta. Entre estos, por supuesto encontramos a los banqueros, los políticos, las aseguradoras, y hacienda. Hoy ejerceremos nuestro derecho despotricador con los segundos.
Podría decir que vuestro reverendo amigo, usando la antigua terminología europea, se situaría más o menos en el centro izquierda, pero cada vez se vuelve más “anarquista” con la vejez. Pero los términos derecha/izquierda no tienen sentido ya en este bipartidismo en el que los dos polos son iguales, y que votar a uno u otro tampoco se diferencia en tanto porque todos van a resolver lo mismo: mangarte y engañarte. Como para gustos los colores, cada hermano que defienda lo que le da la gana, que yo lo único que defiendo es que se sea prágmatico y que se vote en blanco.

La fauna de este mundillo es harto variada (aunque con las similitudes que sabemos), por lo que en vez de perdernos en teorías filosóficas, haremos algún estudio de caso:
Véanse estos conocidos personajes. El señor con cara de esnortao que examina con suma atención un palitroque, y desprende una imbecilidad soberana es nuestro compadre Pepe Blanco, lugarteniente del presidente, el que se supone su perro de presa pero que no llega el pobrecito mío ni a Chiguagua, el que cada vez que habla yerra, y no por decir palabras como “conceto” sino por su evidente capacidad bordeline, aderezada con una ambición y peloteo inéditos.

El otro botarate es el Señor Presidente, ZP the Sillyspeaker, aquel que no se cansa jamás de decir chorradas porque piensa que ese es su destino y su función. Que digo yo que el pecado de este patán no es la crisis económica (que eso ya quedamos en que era consecuencia de los que manejan los hilos neoliberales), el pecado de este es el vacío, es la nada, es el tocarse las pelotas mientras habla de “concetos” generales y que a todos nos parecen de puta madre pero que no concreta en nada. Este se pensaba que gobernar es llegar al sitio y dejar que fluya el Tao. Para ello nombra al equipo A de entre sus amigos y a cobrar. ¿Pero ustedes creen que estos tipos están capacitados para decidir sobre nosotros? Es que entre citar proverbios amerindios en las cumbres, inventar la alianza de civilizaciones y negar la crisis, se ha rascado pero bien, y de la noche a la mañana te levantas y te dice vía telediario que sí que hay una crisis de la hostia y que la vas a pagar tú, y que le agradezcas la reforma (que es el puto New Deal cañí) y los recortes, y el abandono del autónomo. Y yo, hermanos, lo siento pero me tengo que acordar de sus muertos más frescos.

Luego están los del bando pepero (apréciese la primera foto: caso Gürtel), una pandilla de psicópatas corruptos que parecen más serios, pero que si me van a robar, igual me da que lo hagan vestidos de fallera mayor. Es admirable la capacidad demostrada para sonreir y negar la más gorda sin despeinarse. Ay madre, eso por dentro tiene que ser como el familieo más cercano del césar; hondonadas de puñaladas traperas, pildorazos, y mecagoentuestampa por lo bajini que se tienen que vivir ahí dentro. Y tráete a tu amiguete el de la barbacoa del otro día en tu casa, sí sí, el de la constructora, que le vamos a encargar que ponga un buzón en la esquina por 20 millones y nosotros nos fundimos el resto en BMWs y en señoritas del vicio. Hombre… y unos puros que no falten. Mira hermano... y de los municipios... me voy callar, porque eso es el Coño de la Bernarda y como siga por ahí me condeno. Fijo.

El Gran Jefe nos coja confesados. Luego están los conveníos, los de “me junto contigo si me das cañita brava”, los de “te arreglo un pacto que ni lo ves aunque me tenga que introducir mis principios en el intestino grueso”. Estos cada vez que abren la boca, sube el pan. Que son más pesados que los de las compañías de internet llamándote mil veces a la hora de la siesta, invadiendo tu casa por la cara (que a estos ya va siendo hora de que le demos lo suyo otro día).
Pero no nos olvidemos a los sindicatos de mentirijilla, los subvencionados. Que claro, a mí al que me da de comer, me pienso muy mucho si morderle la mano. Lógico. Aquí si un narco puede comprar un juez, no va a poder comprar el Zapa al osito amoroso de la UGT…
Yo no voy a enumerar aquí los pecados de estos impresentables, porque son públicos y no quiero redundar. Para eso hay línea abierta para quejarse en esta casa del Señor, y cada uno habrá sufrido en sus carnes las innumerables fechorías de unos y de otros. Lo que reivindico es el jodido VOTO EN BLANCO. Estoy harto de escuchar gilipollas que no entienden nada decir que hay que abstenerse, que con el blanco gana el más votado. ¡Anda ya! Mirate la Ley de D´Hondt o piensa con el neocortex y verás que eso es una excusa para irte a la playa en vez de acercarte a la urna a joderles a todos. Es que se supone que los jóvenes no van porque no se les motiva. Una mierda. Sólo faltaba que me tuvieran que poner una tía en pelotas en el colegio electoral para que fuera, coño… Sí, y payasos en vez de profesores para que los niños estudien; ¿ahora todo cristo tiene que estar motivado para moverse, joder?. El voto en blanco es la protesta, es la palabra que dice que todas las opciones son caca, y que se han acomodado, y que roban, y que mienten, y que se renueven y depuren de una puta vez. Un millón de votos en blanco no pasan desapercibidos, es una protesta que se ve como una bengala.
Ah, espera… esto es España. Se me olvidaba.
La queja gratuita, la comodidad y el conformismo.

Podéis ir en paz.