Sed bienvenidos...

... los que estáis asqueados de toda la Tontería que nos rodea, los que estáis hasta los cojones/ovarios de aguantar imbéciles e incompetentes, los que tenéis que reventar y no podéis porque vuestra castrante moral judeocristiana os lo prohibe, los que sufríais de pequeños las mofas de seres inferiores, los que esforzándoos no obtenéis recompensa, los que vivís en un mundo que no es para vosotros, los que sabéis parte de la verdad pero os toman por locos, los que necesitáis opinar sin ser juzgados por ignorantes, los que pudiendo cambiar las cosas aún dormimos.

sábado, 5 de febrero de 2011

LOS ÚLTIMOS HOMBRES LIBRES

Hermanos, hermanas...

Esta semana en el telediario se mostraba esa foto de la tribu que desde su neolítica aldea amazónica, amagaba con asaetear el avión desde el que eran observados, quién sabe si para protegerse del monstruo volador, o porque en sus mentes aparece el profético concepto de "deforestación". El caso es que me resultó sugerente la idea de que ese día en que era descubierto este bastión de los últimos hombres libres del planeta, la otra noticia en portada era la de la revolución en el mundo islámico al otro lado del globo, que orquestada o no, con intereses bajos o sin ellos, llevan a cabo hombres que ya dejaron de ser libres hace miles de años, y que pasando por las diversas etapas de la historia, ahora luchan por catar alguna viruta aunque sea pequeña de esa libertad que un día, cuando eran salvajes nómadas africanos, vivieron.

Estuve en Egipto hace unos años. Cuando ves a los egipcios en la calle ves un montón de tíos desocupados, corrillos ociosos en las plazas rascándose las pelotas, sentados en las aceras al modo chimpancé. Te preguntas por el índice de paro y por los oficios alternativos al comercio omnipresente. No puedes evitar ser invadido por ese sentimiento occidental de superioridad y verlos, o como vagos risueños o como embusteros mercaderes. Pero desde que en Argelia ese foco débil pero crónico de subversión se propagó por Túnez hacia el este hasta llegar a Yemen, empiezas a ver a estos tíos de otra forma. Porque por muy medievales y aficionados al gapo callejero que sean, estos están haciendo allí lo que no hicimos los españoles en cuarenta años con Paquito.

Nosotros, los de la machura ibérica y la honra, la bravada y los cojones, esperamos a que la espichara el viejo para luego ir diciendo que España luchó por la democracia. Sí, ahora mismito. Estos mohamé están en la calle dejándose matar para conseguir algo y lo están haciendo partiendo desde una estructura social del medievo, desde la nada con un par, con convicción y sin tomar represalias cuando se los mata. Pues no serán tan chimpancés como los vemos desde aquí. A ver si le llega el día al niñato de Marruecos y le ponen de una vez mirando a la Meca.

No tengo ni idea de cómo será el nuevo Egipto, ni cómo el mundo árabe futuro. Están pidiendo salir de una situación mala para meterse en otra menos mala. Quizás pidiendo libertad para tener que aguantar que los familiares de concejales corruptos de un ayuntamiento tengan pagas millonarias por invalidez falsa, en vez de situaciones peores como que la pasma te coja por la calle, te lleve a la comisaría y te den de hostias sin tener idea de por qué. Pues vale la pena, no hay color. Ya era hora de que despertaran. Me alegro de su toma de conciencia. Aquí siempre estuvimos muertos y lo seguimos estando. Aquí preferimos montarla por la copa del mundo de furbo, pero si se trata de que te sodomicen, uno prefiere tomar a gusto y dar las gracias después.

Pobre tribu de salvajes, no saben lo que les espera cuando ingresen en este club de culturas suicidas cuyo fin es complicarle la vida al prójimo. Adéntrense en la selva, amigos... piérdanse y no vuelvan a la aldea, que no los descubran. O pronto los veo teniendo que pelearse con un grupo de tiranos el mínimo derecho a respirar o a pensar lo que os de la gana. Sálvense ahora, que aún están a tiempo.

Podéis ir en paz.

1 comentario:

  1. Me temo que la tribu neolítica sabía de la existencia del mundo y que con sus flechas pretendían defenderse como podían del resto del planeta. No les culpo por intentarlo.

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