Cuando te invitan a una boda nunca he sabido por qué te miran mal al decir que no has dado dinero a los novios. Cuando te han invitado a cenar a casa de un amigo, no se por qué se te obliga a llevar una botella de algo o un postre. Cuando se muere el tío abuelo de un conocido, no se por qué hay que decir "Losiento" cuando te la trae al pairo, en vez de un simple "Cómoestás". Esa tendencia Asperger siempre me ha traído problemas, y llegué a pensar que yo era alguien defectuoso. Pero que coño... yo soy el normal. Los demás se equivocan.
Entre la fauna de los folclóricos (y me refiero con el término despectivo "folclórico" a todo aquel que se rige por las convenciones sociales, tradiciones y rituales automáticos sin cuestionarlos en los días de su vida) hay una gran tendencia a ser - como se dice en el sur - más cumplío que un luto. Las desventajas de ser un cumplío son claras: tener que asistir a todas las bodas, funerales, bautizos, cumpleaños, despedidasdesolteros y reuniones varias. En ellas y en la vida cotidiana uno se ve obligado a desplegar las fórmulas acordadas socialmente para tal efecto: "Qué niño más guapo tienes", "Mi más sentido pésame, no somos nadie (hostias en la espalda)", "Y ustedes qué... el niño para cuándo", "Si no te gusta el regalo lo puedes cambiar..." y los clichés prefabricados para todos aquellos con falta de originalidad y expertos en conversación ocasional.
"Quillo qué ¿Y tu cuñado cómo lo lleva?" ¿Y a quién carajo le interesa el cuñado, joder? El problema es que la mayoría de los folclóricos y cumplidos sólo entiende de fútbol y de fiestas mayores en la feria y el Rocío, y si los sacas de ahí, como mucho podrán hablarte de la canción de Baute que lo peta ahora en los 40. Son capaces de hablar durante horas rellenando vacios sin decir nada. Si les hablas de algo medio normal, o les rayas o te toman por profundo. Es debido sin duda a la reducción intelectual de nuestra raza. Un ejemplo de ello es el típico que invita a la boda a todos esos amigos de la familia que ni conoce porque lo mandan los canones, o los que tienen que ir por cojones al hospital a ver al recién nacido aunque conozcas a la madre de hola y adiós en el curro (todo esto parecerá raro en algunos sitios, pero en Andalucía - la tierra de los cumplidos, donde cada hijo es el más guapo del mundo y cada conocido es el padrino de tu hija - es el pan nuestro).
Pero qué razón antropológica encontramos detrás de estas costumbres incómodas que en realidad a nadie le gusta cumplir. Muy fácil: es un trámite comercial consistente en "si yo engroso el grupo de los amiguetes de fulano, fulano engrosará mi grupo de apoyadores cuando llegue el momento". El que diga lo contrario, miente como un bellaco. Yo he visto - lo juro por Dios - a una mujer decirle a una madre lo guapísimo que estaba su niño durmiendo en el carrito y el carrito estaba vacío (que me muera ahora mismo). Pero esta sociedad sureña se mueve por compromisos y tomaidacas cutres de una ley no escrita. Si vas a la boda de la Mari, la Mari y su pareja irán a tu boda (como ella muchas) y podrás subir los asistentes a tu convite a 500, pudiendo dejar claro sin decirlo siquiera, que a tí en el pueblo te conoce tol´mundo (que es lo que más gusta decir por estos lares). Lo que sí suele ser el cumplido es un trolero mítico: como siempre quiere quedar bien tira de excusas baratas pero incomprobables que da gusto. "Ojalá pudiera ir, qué pena, pero tengo que acompañar a mi tía al Mercadona" (Mentira). Expertos en puñaladas traperas de gravedad creciente.
El cumplido es un pelota redomado a nivel comunitario, y debido a su tendencia infinita a la adulación, cae irremediablemente en la hipocresía y en la falsedad. Pero nunca en el ostracismo, ya que a la gente le va el tema y ganan también en el asunto. Su punto débil es que en su verdadero complejo de inferioridad, teme a la soledad como a un perro con rabia. aquí a todos nos gusta ser amigos para siempre, pero de boquilla, porque parecerlo siempre fue más fácil que serlo.
Yo no temo a la soledad. Eso hace que mis amigos puedan estar seguros de que lo que digo siempre es verdad y siempre es sentido. Esa es la garantía que te da el que no te adula: la verdad. Saben que no suelo estar muchas veces para lo bueno, pero también que siempre estoy para lo malo. Nunca escucharán una excusa, sino la verdad. No oirán sólo lo que quieren oír, sino la verdad.
... Y bueno, guapísimos, os dejo que me están llamando a la puerta y luego tengo que hacer la comida... y además ya he hablado suficiente por hoy... ya nos veremos... quedamos para unas copas... sois los mejores de mi vida... ciao guapossssss"...
Podéis ir en paz.