Sed bienvenidos...

... los que estáis asqueados de toda la Tontería que nos rodea, los que estáis hasta los cojones/ovarios de aguantar imbéciles e incompetentes, los que tenéis que reventar y no podéis porque vuestra castrante moral judeocristiana os lo prohibe, los que sufríais de pequeños las mofas de seres inferiores, los que esforzándoos no obtenéis recompensa, los que vivís en un mundo que no es para vosotros, los que sabéis parte de la verdad pero os toman por locos, los que necesitáis opinar sin ser juzgados por ignorantes, los que pudiendo cambiar las cosas aún dormimos.

sábado, 26 de mayo de 2012

RESISTENCIA (2º ANIVERSARIO)

Hermanos, hermanas...
Ahora se cumplen dos años de la apertura de esta parroquia vuestra, que desde un principio ha servido más que nada para desahogo personal y justo (dadas las circunstancias y necesidades). A veces ha servido para volcar el cubo de mierda que otros me llenan hasta el borde, y otras para desahogar un poco vuestros cubos con los comentarios con los que habéis participado los Hermanos a menudo. Me iba a tomar unos meses sabáticos y no escribir, pero no va a ser posible visto el aluvión de imbéciles que nos rodea.


Se suele decir que en las culturas en las que te exigen ser de una forma en un contexto y de otra muy diferente en otros, se desarrolla en sus habitantes una serie de trastornos de personalidad, neurosis y psicosis variadas como producto. Para ello, véase “El malestar en la cultura” de Freud, mismamente, que no tengo ganas de entrar en disertaciones sobre esto. Ya lo anticiparon otros en su tiempo, como Munch por ejemplo en sus pinturas.

Hay personas en esta sociedad que aguantan la mierda de otros sin tener derecho a soltarla ellos. Y la gente abusa de esto. A menudo los responsables, profesionales, o simplemente gente educada, de bien, prudente y con dos dedos de frente se ven obligados (como ya hemos dicho más veces) a cuidar a toda esta panda de millones de mearruedas y aprietabancos, analfabetos emocionales y funcionales que nos rodean en la panadería, en los bares, en los colegios, en los bancos, en el bloque de vecinos…

La existencia de este género homínido es el que provoca la existencia y derecho a este blog. El derecho a cuidar a los cuidadores. La necesidad de mimar a los puteados por los tontos de turno, dándoles vías de escape. A menudo no puedes decir a un gilipollas que deje de serlo, porque lejos de cesar en su actitud, se lo tomará como un reto. Así que hasta el apocalipsis final de la raza de los hombres y mujeres de verdad (que está próximo o eso parece), no nos queda otra que apoyarnos entre nosotros, protegernos, cuidarnos, y sobrevivir el tiempo que se nos de. En la medida de lo posible… formar una resistencia y morir matando, con las botas puestas, o como se diga.

Es importante que ni el sistema ni los tontos del culo nos quiten nuestra identidad. Que no consigan abducirnos o borrarnos la memoria, o los ideales y valores por el puro cansancio de luchar contra subnormales hechos de paja. Hasta el final, Hermanos.

Lo más importante es llegar al final y poder decir, al contrario que la mayoría:

YO SE QUIÉN SOY.



Podéis ir en paz.

viernes, 18 de mayo de 2012

BANK RUN

¡Pecadores!

Sí, corred. Corred a los bancos a sacar vuestra pasta. A ver qué conseguís con eso. El pánico bancario es un fenómeno en el que cada fulano, corre raudo a extraer sus cuartos para acto seguido usar la inteligente estrategia de guardar bajo el colchón. Ahora se ha convertido en deporte griego (llevan las olimpiadas en la sangre y se nota). Este acto se basa en la creencia de que el banco de uno podría llegar a ser insolvente. Lo que los pecadores no saben es que todos los bancos son de hecho, insolventes.

Tu banco no tiene más que un 1% del dinero que maneja. La seguridad de tu pasta en el banco es mayor que bajo la piltra en tu casa precisamente por eso… porque el dinero no está en el banco. No existe. Es sólo una cifra digital. Un concepto matemático que ellos manejan en abstracto pero que tú sí debes pagarles en papel y metal. Ese es el juego. Pero como no se lee, ni investiga, ni pollas en vinagre, correr a los bancos a sacar la pasta es tan inútil como plantearse si ante la caída de un meteorito de 10 kilómetros, debe uno salir huyendo para la derecha o para la izquierda.

Los fondos de garantía de depósitos (que responden hasta la cantidad de cien mil euros) esperan para ayudar por si quiebran uno o dos bancos. Pero la estampida sacaperras a todos los bancos sólo provocaría un petardazo como los ya conocidos del pasado, de los que no quiero ni hablar. Como vimos en el post sobre Robin Hood, a todos nos putea que el gobierno apoye a un banco, lo avale, o lo que toque. A mí el primero. Pero no deja de ser una trampa capitalista por las que se tiene al personal cogido por los cataplines, y la asunción del gobierno como accionista mayoritario es el único camino. Como se ve, las cosas no son blancas o negras, sino la hostia de complejas.

Id a sacar la pasta y seguid la estela de los griegos. Stavros Papadopoulos, que duerme con 20.000 euros bajo la almohada, orgulloso de su arrojo y cojones, se levantará un sábado en una Grecia outsider con dracma retornado, y sus veinte mil (estén o no en el banco) serán ahora un puñado de billetes devaluados con los que no podrá comprarse ni un puto cartón de leche. El meteorito sobre su cabeza está ahí haga lo que haga.

En una sociedad informada no haría falta hablar de que el "coge-el-dinero-y-corre" no es una opción. El peligro sería menor. Pero en una tierra en la que la masa es estúpida e impulsiva, y además las previsiones económicas podría hacerlas un mono señalando un número, todo es posible, caballeros. Yo, en el futuro, metido quizás a ladrón albanokosovar de pisos y dúplex, tentado por los millones bajo las almohadas, me pasaré casa por casa a pedir unas limosnas pipa en mano, porque de ahí sacaré más que yendo a un banco.

Porca miseria, hermanos. Se mire donde se mire.

Podéis ir en paz.

lunes, 14 de mayo de 2012

EL TABÚ DEL CANGREJO

Hermanos, hermanas...
El que quiera seguir creyendo en la benigna idea de que la mayor de nuestras represiones es aún el sexo, es libre de seguir engañándose en el tópico victoriano y vivir en una feliz inopia. La realidad es mucho más cabrona, y por eso la reprimimos. Va más allá de la tendencia de los necios de hacer chistes y coñas ante la típica conversación sexual en torno a unas tapas (prueba de que aún no vemos el sexo como algo normal y natural), como el que dice la palabra “vagina” en una clase de la ESO seguida de risitas de niñatillos. Cuando la mente usa el mecanismo de represión lo usa de verdad, con cosas duras, con realidades que no podemos ver por no soportarlas y tener que vivir con ellas. Es un mecanismo más de autoengaño de los que tanto usamos.


El mayor tabú de nuestro tiempo sea quizás, el cangrejo. La gente es capaz de hablar de él con normalidad, incluso le echa cojones persistiendo en conductas que lo atraen, pero no se le mira a la cara. En esta sociedad nuestra, ahora casi todos los súbditos morimos o moriremos por el cangrejo (el que no, de infarto por las mismas causas). Sabes que con mucha probabilidad morirás de esto (y no necesariamente porque te llegue por vejez). Es muy curioso, psicológicamente hablando, cómo vemos caer uno a uno a los que están alrededor, creyendo que es una putada que no va conmigo y que “a mí eso no me va a pasar”. Ya supone una suerte espicharla de forma natural o de digna vejez.

Hace un tiempo, conduciendo por la carretera a Palos de la Frontera lo vi con mis propios ojos. La nube densa y gris dibujaba un arco que iba desde la gran ciudad industrial hasta los campos de cultivo. Los campos de los que salen las fresas y lechugas que comemos por estos parajes. Ensaladas y postres debidamente condimentados con tóxicos directos a cada célula. Lo vi claro, pero sentí en mis carnes el tabú: esto es lo que hay, pero cuando llegue al Mercadona me compraré unas papás cancerígenas de momento… ya comeré sano mañana, que el cáncer, si viene ya lo hará cuando haya vivido lo mío. Así piensa la gente dentro de un tabú. No mires a la muerte de cara… ya si eso, te mirará ella a ti, o no. Mientras, seguimos consumiendo todos los artículos a nuestra disposición, que por ser producidos en masa para cantidades ingentes de personas, llevan sus pertinentes condumios para que duren, para que sepan, para que huelan, para que luzcan y para que te lleve el diablo. Intenta alimentarte de productos ecológicos libres de cangrejo y verás que te sale por un ojo.

Efectivamente, sobrevivir entonces cuesta más dinero. Estar sano te lo ponen más difícil. Pronto respirar estará sujeto a impuestos. Alguno acelera su camino a la muerte agónica echando caladas a palitos de cáncer esperando tener un fin horrible e infernal, alegando la suprema estupidez de que de algo hay que morir. Ignorantes, insensatos. Otra chorrada de este sistema es el estar obligado a no sentirse responsable ni culpable de nada, ni siquiera de la propia aniquilación personal, además de creerse inmune.

De lo que se come se cría. Y nosotros comemos, bebemos y fumamos cangrejo a tutiplén. El sistema nos obliga, nosotros nos autoobligamos. Y nos pasamos todo por el forro alegremente como en aquella película de Michael York, La fuga de Logan, en la que todo tonto tenía X años de vida que gastaban en gilipolleces vacías y riéndose de chorradas, hasta que el pilotito se apagaba y decían: “¡Ahí va, la hostia; no me lo esperaba!”


 
Aquí les dejo unos mapas en los que podrán ver qué cangrejo les pisa los talones, para que vean de qué y cómo se tienen que proteger (si del sol, del marisco, de la polución, o de lo que toque esa semana). Y no olviden, hermanos, que lo que sale en la tele también le puede pasar a uno. No se dejen matar. Vivan lo que esté de Dios, y luego… que les quiten lo bailao.




Podéis ir en paz.

miércoles, 9 de mayo de 2012

ROBIN HOOD Y LA TEORÍA CUÁNTICA

Hermanos, hermanas...

En la tradición postnormanda inglesa se cuenta la leyenda de un fulano que robaba a los ricos para repartir esas riquezas a los pobres. No era Errol Flynn, ni Kevin Costner. Le llamaban Robin Hood. La historia la conoce hasta el último alumno de la ESO (que ya es decir).

Supongamos, en un ejercicio de imaginación y fe, que este tipo representa, digamos... a un protón. Si, si... una partícula subatómica cualquiera. Al tiempo.



Hoy un hermano nos aporta estos recortes. Estúdienlos.


El gobierno es como lo contrario del Señor Hood. Roba a los pobres para darlo a los ricos. Así, por toda la cara (esto ya está ampliamente hablado en esta parroquia). Incluso las cantidades señaladas son las mismas, los mismos euros que se restan aquí y se añaden allí. Dicha institución es como el "Antirobinhood". No se si me explico. Esto, llevado a lo cuántico significa que el gobierno es... un antiprotón (partícula de antimateria igual al protón, formado por los mismos quarks pero con carga negativa).


Robin es un ser humano. El gobierno lo componen seres humanos. Pero no es lo mismo. Adivinen el signo de la carga. Y entendido esto, investiguen qué pasa cuando colisionan una partícula de materia y otra de antimateria en el microcosmos. Yo se los diré, si su hooby no es la física: que al tomar contacto las dos se aniquilan mutuamente, resultando de esto un reventón de energía de tal calibre que se caga la perra y todo lo que pille por medio.

Un día, con tanta tontería y tanta hostia, esto va a pasar pero a nivel macro. Y puestos a ponerse de un lado yo lo tengo claro, y sólo quiero añadir una cosa:

Viva el protón, Robin Hood, y la madre que los parió a los dos.

Podéis ir en paz.

martes, 1 de mayo de 2012

SOLICITUD DE AUTOESCLAVISMO (3ª REVELACIÓN)

Hermanos, hermanas...
Bienvenidos a la casa del Señor para escuchar hoy la tercera revelación. Ya hablamos el año pasado de los RFID, o chip de identificación para control del individuo. También hablamos de que no sólo nos impondrían algo así, sino que la gente misma pediría ser marcada con ellos. Parece algo lejano, macabro y de futuro distópico, pero en verdad os digo hermanos, que ya se ha cumplido. Lógicamente no con la forma concreta y tangible de un microchip, ya que la realidad es siempre más compleja y más puta.

Desarrollemos. Fíjense en cualquier reunión de 3 ó 4 individuos y comprueben que a veces todos están manipulando su móvil. Muchas veces es imposible que elaboren una conversación porque a fulano le asedian a base de wassaps, o mengano intenta subir la foto del cubata a Facebook para regocijo de sus amigos, o lo que se tercie. Alguno habrá pillado el móvil gratis por los puntos que acumula cual paloma entrenada, pero muchos de ellos pagaron hasta 300 euros por su iPhone flamante. Cada aparato tiene su GPS (con la excusa de hacerte de guía al coger el coche) del que no se separan ni para ir a cagar (esto, literalmente). No ha hecho falta colocarles de entrada un microchip; ellos han pagado por “tener uno” cuanto más caro y suntuoso mejor. Pero eso tan sencillo es sólo una gilipollez.

Miremos lo que hacen con esos aparatos. Miguelito escribe en Twitter “ese yoni wapo k estamos aki planeando el finde nos vamos a barcelona loco”. Su compadre Manuel está subiendo al blog unas fotos de sus niños pequeños con sus nombres y aportando gratis el nombre de la guardería, datos que da a diestro y siniestro desde que nacieron para que todos vean la evolución de sus hijos. Y el Antonio en el Facebook, acaba de sentirse orgulloso de los “a 58 gilipollas les gusta esto” que ha recibido su foto de la juerga padre que se metió para el cuerpo durante su baja médica, etiquetando también a Miguelito (que ese día según versión oficial para su mujer, estaba de guardia en la garita) y al Manuel en el climax de su alcoholismo (ese, el de los hijos en el blog).

Pongamos, yo mismo, ciudadano corriente, pudiendo adoptar la forma de… la mujer de Miguelito, los hijos del Manuel, el jefe del Antonio, un ladrón albanokosovar tentado de entrar en casa de Miguelito, un futuro empresario contratador en plena crisis, o algún cabrón maneja-hilos… investigo nada más que un poquito. A nivel familiar encontraré mentiras, engaños, dobles morales. A nivel laboral encontraré la prueba para despedir al tonto del culo de turno. A nivel delincuente encontraré todos los datos del fulano y su gente expuestos con guinda. A nivel mayor encontraré mil y una formas de manipular, explotar, preparar el camino y exprimir a todos estos mindundis, apretando sus puntos débiles y chantajeando en el aspecto que mejor se preste.

Es decir, yo que no soy nadie, sé donde están ahora, sé dónde no están, durante qué tiempo, cuántos hijos tienen y sus nombres, los de sus mujeres, su red extensa de amigos y familias, sus correos, sus direcciones, los contextos de su hijos, lo que hicieron a cada hora de cada momento en el pasado y lo que harán después, lo que les gusta y lo que odian. Si se desplazan y por qué calle. Si están cagando en este preciso instante y si el mojón es grande. El control e influencia que se puede ejercer sobre cada gilipollas es casi absoluto, y ellos mismos lo demandan. Objetivo: apuntar con la publicidad personalizada al individuo, controlar sus agrupamientos de dinero, predecir sus movimientos, etc.

Por supuesto, hay formas de esquivar en baja medida estas cosas con el buen uso de esta tecnología. Pero es como dar a un talibán (ubicado en el medievo cultural) la energía nuclear y pedirle que la use para hacer el bien. La tecnología va más rápida que la educación y preparación del personal.

Si por las buenas no funcionase el método de “implantación del chip” (que lo está haciendo), siempre quedará la popular y siempre efectiva táctica del miedo. Noticias de chiquilla desaparecida, de violaciones en serie, de atentado sorpresa, de asesinatos que pudieron evitarse… ¿con qué? Con el chip/gps/alarma de turno que se recomienda si hubiésemos sabido dónde estaba la criatura. Y todos los padres, nada más nacer los niños harán dos cosas sin pensar: microchip y bautizo. Y si no hay microchip… móvil antes de saber hablar. Véase los niños chicos en la escuela con móvil, para avisar por si les pasa algo. Nos dijeron que el futuro sería muy ciber, pero no que estaría plagado de mariconas.

Otro daño, no se si colateral o no, es que la mayoría del público actual va careciendo de la mínima competencia en habilidades sociales. Incapaces de expresar sentimientos o críticas de forma asertiva, lo hacen torpemente y recogiendo fracasos y psicopatologías en sus relaciones, de los cuales culparán después a los otros. Examínese la reunión social por antonomasia (el botellón, la salida callejera o pub ensordecedor) en la que no pueden relacionarse si no es con la ayuda del alcohol, Bálsamo de Fierabrás del discapacitado relacional que cree conectar con los demás gracias al elixir. Lógicamente se prefiere interaccionar con tus 900 amigos de Facebook, que ni son amigos ni son nada, o criticar con insultos impunes la acción cualquiera de alguien, desde la comodidad y seguridad de la distancia física que existe. Además de maricona, el Homo Actualis es un “cobarde-pecador” (sabio concepto profetizado).

Mientras tanto, la carnaza para mantener esto es el ataque directo al hedonismo, al narcisismo, a la necesidad humana de recibir aprecio aunque sea de chichinabo. Al competir por tener más comentarios, por tener más “me gusta”, más amigos aunque sean conocidos lejanos de un ex amigo que me cae mal. El photoshopeo de la foto en la boda de la amiga para el perfil que arranque un comentario, el wassapeo para controlar al novio, el yo te fardo a tí de Smartphone nuevo… y todo Cristo bajo control. Si sabes donde dar, ningún objetivo es invulnerable.

Sigamos dando las cadenas al negrero para que nos las ponga, pero luego no nos quejemos de que nos dan por el culo y no nos dejan defendernos. En los viajes que he hecho por el mundo, he estado en muchos lugares de los considerados 2º y 3º mundo y vi a sus gentes y cómo vivían; a veces no tenían qué llevarse a la boca, no tenían nada, pero había algo que, que inquietantemente, no faltaba dentro de cualquier cuchitril destartalado o en las manos de cualquier paria sin oficio ni beneficio de baja casta: un movil.


Podéis ir en paz.