Sed bienvenidos...

... los que estáis asqueados de toda la Tontería que nos rodea, los que estáis hasta los cojones/ovarios de aguantar imbéciles e incompetentes, los que tenéis que reventar y no podéis porque vuestra castrante moral judeocristiana os lo prohibe, los que sufríais de pequeños las mofas de seres inferiores, los que esforzándoos no obtenéis recompensa, los que vivís en un mundo que no es para vosotros, los que sabéis parte de la verdad pero os toman por locos, los que necesitáis opinar sin ser juzgados por ignorantes, los que pudiendo cambiar las cosas aún dormimos.

sábado, 16 de junio de 2012

LA COPA DEL MEAO

¡Oé-oeoeoé… Ló-loló-loló-loló… Yo soy español-español-español…!!!


Uy perdón, me han cogido en plena euforia patria ante la imparable furia española, su arrojo y su talento. Evidentemente, estoy orgulloso de ser español, es decir, intervenido, rescatado, en paro, pagando intereses desorbitados, recortado, copagando en sanidad, y con un sistema educativo castrado e incompetente… pero coño, España está triunfando en la Eurocopa y eso es lo que cuenta. Como me decía un Hermano hoy: “Claro, ¿no te has enterado de que por cada gol encuentran trabajo 500.000 personas?”. Albricias, joder. Bendito sea Dios y la Virgen del Carmen.

Así que me uno y engroso la jauría de todos estos españoles que opinan que la mejor forma de vengar las afrentas, medidas y recortes que nos vienen de Europa es la despiadada e inmisericorde acción justísima de meter una pelota en la red del equipo alemán o de otro al uso. Seguro que con eso, estos tíos agachan las orejas, hocican, y reconocen de una vez la valía y el heroísmo hispánico; y nos perdonan los impuestos, los recortes, la prima y la suegra.

Y que no estoy poniendo a parir al fútbol como deporte, entiéndaseme la ironía (aunque a los simios futboleros no se les pueda pedir comprensión lectora), al que veo como un juego / deporte /divertimento digno como otro cualquiera. Pero el deporte como religión y sistema de “circo” ha llegado a su cota más meritoria y abrumadora. Véanse las portadas al respecto de La Razón (medio de comunicación a juzgar y condenar por parcial y embustero, como Intereconomía o Público), y entiéndase que la filigrana al rizar el rizo ha llegado al sumun al ser capaces de vender el Circo, sin el Pan.

"HEMOS GANAO
LA COPA DEL MEAO,
EL QUE HA PERDÍO
SE LA HA BEBÍO".


Mis héroes a partir de ahora tendrán méritos claros y contundentes. Serán Iniesta, Piqué y su novia, Torres y Cesc, y Sergio Ramos (diseñador y modelo, twittero seguido, y futbolista en ratos libres). Y Casillas presidente. Los spots en los que salen acompañados de la música épica que les corresponde lo demuestran.




Merkel teme por su supremacía ideando maldades en el trono del Reichtag. Rajoy llegando a visitarla y encontrándola en dichos afanes, le pega dos güantás, deponiéndola y diciéndole “quítate tú pa ponerme yo, que pa eso soy campeón y por lo tanto es justo y necesario.”

Olé los cojones patrios mediterráneos…. Porque si no podemos los países del sur (España, Italia, Grecia, Chipre, Portugal… y voy a meter a Marruecos y Argelia también porque estoy generoso) superar la tendencia natural y cultural al vagueo y la corrupción (que pagamos los diligentes y honestos) pues merezcamos el poder por los goles, que viene a tener la misma importancia. Vamos digo yo; y en esto me secunda la mayoría de asistentes al circo.

Mi primera medida anticrisis sería que los jugadores percibieran una prima de 300.000 euros por ganar la Copa del Meao. ¿Cómo? ¿Qué eso ya está aprobado? Mierda, llegué tarde.

Podéis ir en paz.

lunes, 4 de junio de 2012

FUTURO PRÓXIMO

Neo-Isbilya, Junio del año 2049:


“Como cada noche, escribo en este diario, escondida en mi habitación y atenta a recoger rápido por si fuera preciso esconder esto. Mientras pueda seguiré con esta costumbre que mi abuelo (que Alláh lo tenga en su gloria) me medio obligó a hacer cada día - no acabo de entender muy bien por qué – aunque siento a veces vergüenza de ponerme a escribir porque eso es algo que no está bien en una mujer, o eso dice todo el mundo.

Mañana celebramos en el colegio el aniversario de los Mártires de Al-Andalus y vamos a salir todas a la calle a arreglar las puertas del colegio para el desfile de los hombres del Partido y dar ánimos para la guerra. Mi hermano pequeño en su colegio no prepara nada para el día; el mejor homenaje es continuar repitiendo y memorizando las Escrituras hasta que formen parte de él. Ya empieza a hacer un calor insoportable y a veces pienso en quitarme el niqab o por lo menos arremangarlo y respirar, y me viene a la mente una antigua foto de mi abuela en bañador en la playa de Almuñecar (fotos que la familia escondía cuando los Hermanos del Partido iniciaron el renacimiento de Al-Andalus, y que sacaban muy pocas veces y con mucho miedo).

Quiero pasarlo bien mañana con las compañeras. Dicen que pasará Mohammed en el desfile. Se que tengo que aprender a quererle porque desde que era pequeña es el hombre que han destinado a ser mi marido. Parece buena persona pero me da miedo de que en el futuro, demuestre ser de otra forma. Me gustaría que se pareciese a mi abuelo, que decía que las mujeres y los hombres eran iguales (a pesar de las broncas que tenía con la abuela)… era un hombre raro, pero entrañable.

Mi abuelo me contó que antes el mundo era de otra forma. Hablaba cosas buenas y malas. Pero lo que echaba de menos es que antes – al parecer – podías opinar o pensar como tu cabeza entendiera… cosa que no puedo ni imaginarme y que me escandaliza. No puedo imaginarme un mundo así, en el que incluso se permitía a la gente no creer en Dios. Me dijo que antes casi todos eran ricos. Y concentraron tanta avaricia que los grandes hombres engañaron a los súbditos dándoles casas y tierras, y todo tipo de servicios a cambio de un dinero colosal que tenían que aportar cada poco tiempo, y trabajaban sin descanso para pagarlo. Todos cayeron en la soberbia y se creyeron rajás, hasta que no pudieron serlo más y perdieron sus bienes para pagar sus cuentas. Como dice el Imán, la avaricia es un pecado imperdonable en el que no debemos volver a caer nunca más, como cayeron los hombres del viejo mundo antes de la Gran Recesión (como la llama papá, que por cierto no la vivió).

De todas formas me resulta curioso el mundo de antes. Poder decidir vivir sola, tener amigos y amigas, estudiar para ser médico o piloto, bañarse en la piscina sin el velo del hijab, ver películas extranjeras, leer los libros que escondían los abuelos en el sótano… Pero supongo que ese mundo sólo puede disfrutarlo ahora el Rey Abdullah Al-Hassim, que para eso tiene la responsabilidad sobre los hombros de mantener nuestro país, o nuestro sabio mártir Al- Qaradawi, que supo restablecer el orden en un mundo de caos, usando los recursos de nuestra tierra (como el petróleo, que juran que aún tiene larga vida), las leyes del profeta, y supo infiltrarse en aquel mundo podrido de empresarios abriéndose camino con la Sharía y sus palabras inspiradas (no creo que fuera totalmente malo lo que dicen los rebeldes sobre que alentaba la construcción de madrasas para formar mártires). Prefiero este tipo de yihad a la de los tiempos del profeta, en que peleaban cuerpo a cuerpo, o sacrificándose con bombas por mejorar el mundo. Si pudiese votar, votaría por este tipo de guerra santa.


Cuando la soberbia derrotó al mundo capitalista, algunos estados más poderosos que el resto, liderados por USA formaron una confederación económica muy fuerte pero arrinconada. Se dice que allí siguen viviendo como antaño, esclavizados por su gobierno que, paradójicamente, les deja hablar todo lo que quieran. Tienen profesiones extrañas como webgardener, narrowcasters o nanomédicos. Y viven en enormes colmenas apiñadas en ciudades muy limpias. Nuestros imanes y sus empresas internacionales luchan ahora por convertirlos haciendo que nos necesiten para seguir alimentando su ego decadente, sus equipos de fútbol y sus bancos.

Por otra parte, pienso en cómo gente como mis abuelos, pudieron salir de ese mundo tan malo que nos han descrito. Hay algo que no concuerda. Y cuanto más escribo más pienso. Y más dudas tengo al respecto. Y más creo que no lo sabemos todo sobre aquel tiempo: tuvieron que ser muy tontos, sin duda, pero me gustaría vivir unas horas de aquel tiempo y comprobar por mí misma qué es decidir por uno mismo… Y si tuvieron errores imperdonables, cómo corregirlos para mantener ese privilegio que se me antoja tan lejano. Pensar cosas nuevas y poder hacerlas. Si como decía mi abuelo, tuvieron alguna vez ese poder individual ¿por qué dejaron que algo tan pequeño como un trozo de papel con números acabara con ellos? Algo bueno tuvo que formar parte de la vida de los abuelos, algo que se me escapa, y que también se les escapó a ellos.

Me acuesto que mañana madrugo. Mañana será un gran día. Allahu akbar.”

 
Podéis ir en paz.

viernes, 1 de junio de 2012

CATETOS CON PRETENSIONES MÍSTICAS


Hermanos, hermanas...
Los pecadores del sermón de hoy son los catetos del subgénero “por la iglesia”. Es decir, los grupos de individuos que no teniendo ni puñetera idea de comportarse en un templo, ni la decencia de vestirse correctamente para la ocasión, ni conocer un carajo de la liturgia de la celebración de turno y además vanagloriarse de ello, deciden con prudencia sobrehumana y dos cojones celebrar la boda, la comunión o lo que se tercie, por la iglesia.

Estos pecadores tienen doble ración de insensatez y poca vergüenza, puesto que no pisando una iglesia en su patética vida de beodos ni para admirar el barroco del siglo XVII, tienen la cara de profanar para su lúdica festividad grupal nada menos que la jodida y sagrada Casa del Señor.

Cuando uno está en mitad de una misa, por ejemplo, tiene dos opciones. O conocer la ceremonia y seguirla con respeto, o no tener ni pajolera idea y seguirla también con respeto. Cualquiera de las dos alternativas es correcta. Pero hay cosas que los catetos de templo hacen en la boda/comunión del pariente, que no lo son, véase: Ir vestida de prostituta, ir vestido de mafioso cani, subir al altar a hacer una foto y hablar con la novia mientras habla el sacerdote, no levantarse cuando se dice “Oremos”, charlar por los codos alto y bajuno como si se estuviera en la sala de espera del ambulatorio (donde tampoco se debe), pasearse con el niño llorón por las capillas, cagarse en Dios en plena iglesia porque se odia a los curas que-tienen-muchos-oros-y-no-lo-comparten (igualito que uno), blasfemar ante la idea de que no se ve la llegada de la hora de la pitanza en la hacienda de Joselito el Corralero. Casi la totalidad no sabe qué es la comunión, más allá de vestir a la niña de Nancy Princesa de barrio y poner una cuenta bancaria para que los invitados metan pasta para el viaje a Eurodisney.

La puta madre de todos estos. A uno no le queda otra cosa que sentir una vergüenza ajena de dimensiones cósmicas y achacarlo a dos características nucleares de estos mentecatos: la incultura y la imprudencia. Y con incultura no me estoy refiriendo a clase socioeconómica humilde, porque he conocido tiempos en que un pobre hombre de campo cualquiera no sabía ni leer, pero tenía prudencia, y eso le hacía sabio del tirón, y sobre todo le daba un saber estar en cualquier lado. Así que la demagogia barata sea metida por el ojete de los que se apresuran a argumentar con ideas trilladas. Actualmente, el que no sabe estar es porque no quiere, o porque es un puto maleducado. La gente no sabe arreglarse ni para fin de año, cuánto menos para algo con protocolo. Lo que es querer, y no poder por necio. Si no estás a la altura, abstente y quédate en tu nicho, porque no se pueden escalar niveles sin unos mínimos de preparación y respeto. De cualquier forma no se va a cualquier lado.

Además pregúntesele a alguno de estos por qué pudiendo casarse por lo civil, elige la iglesia. Muchos no lo saben, simplemente. Otros alegan ser católicos no practicantes. ¿Mande? ¿Católico qué? ¿Qué coño significa no practicante? Seguramente será algo parecido a ser un simpático no practicante (es decir, un buena gente hijo de perra), o bombero no practicante, bombero que pasa de apagar fuegos (o que lo mismo está en paro). O quizás se refiera más bien a otras aficiones que comparten, como ser futbolero no practicante (y de ahí tanto gordaco seboso por la calle disfrazado con la equipación de la roja, viendo mucho pero jugando nada), o entendido no practicante (se y entiendo de todo pero no estudiado nada desde que nací).

Estos catetos de templo osan entrar a las iglesias a desperdigar su mierda, pero en verdad os digo que jamás los veréis hacer lo mismo en una mezquita, porque simplemente, con los moros, no hay cojones. Eso es muy español; atreverse con el que se tiene confianza. De una mezquita iban a salir con una manta de palos y la furia de Aláh en lo alto, nada más que por entrar con las calzonas del Betis.

¡Necios, pecadores! La próxima vez que oséis profanar la Casa del Señor, tomad este consejo como bueno y saldréis con dignidad del lance: quedaos quietecitos en vuestro sitio y con el boquino cerrado.

Podéis ir en paz.