Sed bienvenidos...

... los que estáis asqueados de toda la Tontería que nos rodea, los que estáis hasta los cojones/ovarios de aguantar imbéciles e incompetentes, los que tenéis que reventar y no podéis porque vuestra castrante moral judeocristiana os lo prohibe, los que sufríais de pequeños las mofas de seres inferiores, los que esforzándoos no obtenéis recompensa, los que vivís en un mundo que no es para vosotros, los que sabéis parte de la verdad pero os toman por locos, los que necesitáis opinar sin ser juzgados por ignorantes, los que pudiendo cambiar las cosas aún dormimos.

jueves, 6 de junio de 2013

MADRES DE HOY EN DÍA

Hermanos, hermanas…

Ya sabemos que los padres de hoy en día, en una mayoría aplastante, son gilipollas. Han perdido el sentido común, o gracias a la educación deficiente, nunca lo tuvieron. Por lo que toca analizar qué carajo estaban haciendo mientras las personas de bien estábamos siendo educados por nuestros padres de buena forma. ¿Es un producto de la mal asimilada Transición Democrática, en la que los padres de los padres actuales se relajaron porque venían tiempos de conducta libérrima, dándose al despiporre y a la alegría del destape? ¿Se trata más bien de los consejos dados por la caterva de pedagogos inspirados en el Mayo´68 que inventaron aquello de que decir NO es crear un trauma, mientras fumaban canutos en la escalera de la facultad? ¿O más bien una estupidez generacional adobada con medios de comunicación en los que se ve a Paquirrín y la exmujer tuiteando una foto en Cancún descansando de haber parido a la criatura (que ahora está apalancada con los abuelos) como si la paternidad fuese un trabajo obligado. Ser padre/madre debería estar sometido a pruebas de aptitud y capacidad y con ellas determinar un proceso de eugenesia positiva, y no se trata de una idea fascista para mejorar la especie, sino para no empeorarla más de lo que está.

Entiéndase que el tema será multicausal, y que el gilipollas común, al ser corregido, lejos de mejorar, se lo toma como un reto. Señora, entérese que a su hijo no le suspenden, sino que suspende él solito por puto flojo (lo mismo ya hay un eufemismo para que estos tontos del culo no se sientan ofendidos, como “Disfunción motivacional sobre la capacidad volitiva o Flojexia). Los colegios se llenan de madres que amenazan a los profesores porque su hijo tiene que aprobar porque es buena gente (buena gente es que no ha matado).

Señora, su hijo no es hiperactivo, es un puto maleducado. Maleducado por usted. Su hijo no tiene dificultades en el aprendizaje, ni tiene trastorno alguno; su hijo es simplemente imbécil, igualito que usted. Su hijo no es un santo, tampoco lo es en su casa, pero usted no lo sabe porque o le deja hacer, o se lo apalanca a los abuelos, o niega la mayor después de que su niño le ha dado a usted dos guantazos y le ha llamado puta. Su hijo en el colegio dice cosas como “cómeme la polla” y la culpa no es del profesor, es de usted. ¿O no se ha fijado que en esas películas y programas que le deja ver, la gente se insulta y se querella, y se cortan la cabeza y salpican sangre, y follan a lo bestia, y toda la pesca…? ¿No se ha dado cuenta que la tendencia que usted tiene a denunciar a todo bicho viviente que miremal al niño le viene de ver esos debates de chonis y mariconas?

Su hijo no trabaja porque es un flojo. Usted no le ha urgido en que el colegio es importante porque no sirve sólo para jugar o para aprobar (si quiere), sino para poder vivir después sin sangrar a la familia como hace cuando le regaláis la moto por suspender hasta el recreo.

Cuando la policía le lleva a su casa a su hijo más tajao que un ruso bañado en vodka, ¿por qué se enfada usted con la policía? Cuando su hijo se escoña la cabeza por hacer malabarismos con el coche y en urgencias le salvan su cochina vida de mierda ¿por qué se enfada usted con los médicos y enfermeros? Debería ser más coherente y enfadarse usted consigo misma por ser una puta mierda de madre, permisiva y sobreprotectora que ha fabricado un tontolhaba con denominación de origen.

Su hijo, cuando le dice que los cigarrillos se los estaba guardando a su amigo y usted se lo cree, es que usted tiene un cociente intelectual por debajo del de su hijo, que ya es bajo de por sí, fijo. Cuando se pone a buscar un culpable al que increpar por la influencia nociva que ejercen hacia el niño, con vicios y malos comportamientos, mírese al espejo y ahorre tiempo. Deje de quejarse de que su hijo no lee; ¿usted lee? Pues cállese.

No se trata de que los vecinos, los profesores o los demás niños no sepan tratar a su hijo (como usted dice), y que les falte psicología para con él, es que ustedes en su casa le han hecho tan especial y tan tontito que ahora no se sabe relacionar con nadie, es inseguro, dependiente y meapilas, o agresivo y tirano, pero de bueno nada. No es el mundo quien se tiene que adaptar a su puñetero niño, sino su puñetero niño al mundo. Si no, cuando usted falte, o se lo comerán vivo, o será un depresivo-ansiógeno-cabrón, o habrá aprendido a exprimir a otros a base de dar penita o de someterlos por la fuerza.

¿Qué pasa? ¿Que su hijo fue muy querido y deseado? ¿Que debe ser especial porque su madre lucha por serlo ella, fracasando en el intento? Su hijo es un niño como cualquier otro; come, caga, mea, duerme e intenta sacar provecho de todo como cualquier bicho, como usted misma. Así que póngale ya los jodidos límites antes de que la raza humana llegue a niveles de subnormalidad apocalípticos.

La culpa es suya, querida. Acéptelo. Y jódase.

Podéis ir en paz.

1 comentario:

  1. Señalo a la madre, generalizando también a los padres. La razón de que sea en femenino es por la pura estadística que se ve en las tutorías de los colegios.

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