... los que estáis asqueados de toda la Tontería que nos rodea, los que estáis hasta los cojones/ovarios de aguantar imbéciles e incompetentes, los que tenéis que reventar y no podéis porque vuestra castrante moral judeocristiana os lo prohibe, los que sufríais de pequeños las mofas de seres inferiores, los que esforzándoos no obtenéis recompensa, los que vivís en un mundo que no es para vosotros, los que sabéis parte de la verdad pero os toman por locos, los que necesitáis opinar sin ser juzgados por ignorantes, los que pudiendo cambiar las cosas aún dormimos.
Un misántropo, que paradójicamente, se parte los cuernos en su vida corriente ayudando a que este mundo sea mejor, pero que necesita como terapia descargar toda la rabia en este cubo de mierda para salir adelante, porque en la vida, por desgracia, muy escasos son los que saben escuchar.
@ElPredicador4
(Desde este mes, podrás seguir cada segundo los entuertos, despropósitos y contradioses de los que el reverendo informará a su paso por estas tierras de Dios).
Normas para utilizar el Púlpito
* Los hermanos podrán rajar de lo que quieran sin ser censurados.
* Los hermanos no censurarán ni rebatirán a otros hermanos.
* Para las soluciones dejaremos otros blogs, este es solo para la ira que queramos expresar aunque mañana pensemos más fríamente.
Resulta insultante ese empeño del sistema por hacer involucionar al hombre hacia la imbecilidad más obtusa. Aprecien y valoren, hermanos, este anuncio de infame fármaco diseñado para idiotizar. ¿Su niño no le come? Psss… no pasa nada. Don´t worry. Dele esta píldora, que tiene todas las proteínas que hay que ingerir para hipervitaminarse y supermineralizarse y olvídese de broncas con el niño, sofocos, soponcios y mecagoentusmuelas varios. No vaya a herniarse educando a su vástago para que coma como un omnívoro normal, no vale la pena, déjele al pobre, y piense en su comodidad de usted, que para dos días que tenemos , disfrútelos en Eurodisney.
La pastilla se ha erigido en símbolo del bienestar. Las amas de casa cincuentonas se empastillan porque antes de enfrentarse a la realidad y coger el toro por los cuernos, es más fácil “endrogarse” con la gragea de la felicidad efímera, para continuar tomándose el cafelito con las amigas hablando de la Campanario, sin solucionar sus vidas de mierda. El niño no me come… dame una pastilla, doctor. El niño no me duerme… dame otra. A estas yonkis se les ha olvidado que criar niños es difícil, y que cuesta trabajo, más allá de que quedaba bonito tener un bebé rechoncho un año después de la boda. Potoma!
Lo de la píldora publicitada es sólo un ejemplo de cómo maleduca el sistema embustero al personal, y estos ignorantes a su vez, a sus hijos. Pero qué me dicen de la puta cuchara fuu, el tenedor fuu, y la madre que los parió a los dos. Para el que no lo conozca, es una genial idea de diseño cuya finalidad es que el fulano que se quiere hincar la sopa no se queme, porque la cuchara ella sola te sopla la sopa. Vamos, que no maltrates al niño, no le hagas soplar al angelito que se va a hiperventilar y eso es trabajo, joder. Para qué soplar si te puede soplar un robot. Ya lo decía la profecía: de aquí a nada, todos gilipollas. Así salen los niños ahora. Si le pones el Sálvame te hablan como marujonas, y si les das la cucharita fuu te salen con lengua vaga y no te hablan hasta los 7 años.
Luego te mandan a casa el catálogo de juguetes del Hipercor con el inquietante Bob Esponja en la portada (ahí, a traición, para que tus niños lo vean y empiecen a tener ideas diabólicas), en el que aparecen los típicos triciclos estos que tienen un mango para que el padre vaya empujando al niño ya de edad contundente que monta el vehículo sin dar pedales. Es lógico, para cuando el niño se canse, el adulto apechuga; igual que pasa en la ESO. Es pasear por el paseo marítimo viendo una escena de estas, en la que el niño apoltronado en su trono arrea a su padre para que empuje, mientras que el adulto siembra la simiente de un futuro imbécil juntaletras, y el niño hace oposiciones para inhabilitar de por vida las piernas que Dios, nuestro Señor, le ha regalado con generosidad infinita.
Pero los idiotizadores no sólo desproveen al hombre de sus capacidades física, intelectual y volitiva, sino que preparan al futuro consumista, esclavo ciego y clasista del sistema de producción y mamporrero de los bancos. Véase el ejemplo del descapotable infantil de 300 napos con el minipijo dentro, paseando a su mininovia (en una relación pensamos aún casta) y conduciendo él, por supuesto, el macho… como debe ser. Menos mal que estamos aquí con la finalidad de criar tontos.
Resumiendo, que en poco tiempo, o por herencia o por selección artificial, nuestros futuros nietos, si no lo son ya, estimamos que presenten las siguientes características: Comerán mcdonalds y píldoras farmacéuticas, tendrán la boca floja, sin dientes y la lengua chica y flácida (igual que la picha), unas aletillas inservibles en vez de piernas, se trasladarán en carritos de marca y coches pepineros, y usarán robots que les limpien el culo.
Más que entendidos, enteraos. Con la edad cada vez me revienta más escuchar en la mesa de al lado al típico capullo de profesión liberal y cuenta corriente abultada (al que le ha ido bien la vida por el mucho lloriquear y el mucho arrejuntarse al sol más caliente) hablando de vinos y sentando cátedra. El tipo ha leído algún artículo del Ribera del Duero y lo suelta de memorieta a la chavala en edad de merecer que ha invitado hoy a cenar. Eso le da un aire cultivado y viajero que abruma al personal; nada como recitar: “Si… un oloroso, levemente afrutado, con cuerpo (hace círculos con la copa y la inclina), un buen año el 64 (lo huele), nada que ver con ese vino de Milán que adquirimos el mes pasado, estuve allí ¿sabes? (lo degusta y hace ruiditos asquerosos, como con la boca pastosa, tsah-tsah), pruébalo, ¿notas ese fondo de mar y viñedos? Perfecto para acompañar un Beaf al amontillado…” Es la demostración de que no teniendo ni pajolera, si cuidas la forma en que dices algo y le imprimes seguridad y descaro, puedes cagarte en la Virgen del Carmen y hasta el Papa asentirá complacido.
Conozco a un enólogo que regenta un vegetariano (el cual también atiende como camarero), que me contó una anécdota. En una mesa un entendido le dice que le traiga el vino tal del año tal, que resulta imprescindible para degustar el menú. El camarero, que se calla ante los culturetas gastronómicos por lo del cliente y la razón, hace lo que se le pide. Al traer la botella es obligado a escuchar la disertación vinícola que el cliente enterao insiste en pregonar en alto a las mesas circundantes (quiere hacer ver que es un sibarita, un aristócrata de la cocina, un amante de la cultura deconstruida del vivo al bollo, y un alegre y vital burgués que valora los placeres de la vida desde que estuvo en alguna isla griega, en la que aprendió a decir que el vino es como una mujer y chorradas machistas por el estilo). El camarero, al que se le inflan las gónadas sobremanera, expresa con respeto que el vino pedido no es la mejor elección. El cliente le porfía porque mira que yo se mucho de vinos y que hace un mes fui a unas jornadas vinícolas que lo flipas con expertos y todo eso. El camarero recita inesperadamente el título de las jornadas de enología… y ante la sorpresa del sibarita le informa de que él mismo era uno de los profesores de la conferencia. Ea, ahora te callas, te vuelves al plato, y a comer tranquilito y a chulear de constructoras, de abogados, de euros y de lo que tú entiendas, porque hay riesgo de hacer el ridículo cuando no sabes quien te escucha o a quién tienes delante, digo yo, sobre todo cuando eres el típico gili que acompaña con un periódico el desayuno para aparentar en la plaza del pueblo.
Ilustrativos son los ancestrales entendidos del mundo del toro. Tienen la facilidad de decirte las cosas con corbata. Me refiero a que yo no me creo igual la frase "José Tomá lo que tié que hasé eh heshá la muleta máh par tendío" si me la dice un pureta acorbatado y con puro, que un tío en camiseta y con la gorra pa´trás. Estos tíos tienen señorío, tienen casta, un poderío y unas sevillanas maneras, que él habla y tu te callas... y punto. En el proletariado de esta estirpe está el entendido del fútbol, más de andar por casa, pero con sentencias airadas y críticas, con desconocimiento de causa, que tiene a bien ponerse de salvador estratégico de su equipo (lo que pasa es que no es entrenador, que le pongan a él, cagoenmiestampa), pero sin reparar en el deshonroso billetaje que cobra su ídolo. Estos son los mismos que no caben en sí de gozo cuando la parienta le pregunta al niño qué quiere de comer y el niño responde que se meta la comida por el mojino, que ha perdido el Betis y toca luto.
Pero nada. El gran Ortega, como cito siempre en su Rebelión de las masas, ya nos advirtió. Pasen y vean al tocapelotas de turno que entiende de formula 1 (aunque empezara a entender de ello, casualmente cuando Alonso ganó su primer mundial) que sabe que los ingenieros de la escudería no tienen ni puñetera idea porque esos neumáticos no se ponen con lluvia, si lo sabré yo. Y esto lo dicen gachós muy afectados con el tema que no han dado un palo al agua en su vida y mientras se toman una cervecita.
Igual que los pseudointelectuales que se han apuntado últimamente a entender de perros. El otro día escucho a uno escupiendo gafapasteces sobre la aptitud del perro tal o cual y de las cualidades del pedigrí no se qué. Si es que se vieron la primera temporada del encantador de chuchos y se creen que saben más que el César Millán ese. De todas formas, los que más me molestan son los de los vinos. Valientes fantasmones chupapuros.
Estos frotacalvas lo que hacen es intentar “distinguirse por algo distinguido” como toda la vida de Dios. Poner distancias entre ellos y el populacho que no tié cultura ni tié ná. El vino es imprescindible... El vino es una bebida y ya está. Como el agua, como el zumito de naranja de tu niño en el recreo. No le des más vueltas, carajote.
Este camarero que os comento, es dado desde entonces a ciertos experimentos con los entendíos. - Pues te voy a traer un vino para que lo pruebes que es magnífico – dijo, y mezcló tres o cuatro vinos llevándoselo al sibarita para su degustación. - Uhmmm, magnífico, delicioso. ¿Qué vino es este? - Este vino es una mierda – y le explicó sobre el potaje de bebidas que había hecho.
Qué pena, hermanos. Querer ser pero no ser. La gente quiere saber más que el perito de la obra, decirle al profesor del niño lo que tiene que enseñar, al psicólogo el diagnóstico que dar, al médico lo que le tiene que mandar… Patetismo al cuadrado e inconsciente. Y además con valentía, cualidad generalizada entre el ignorante común. Vergonzante sociedad de arreglabajos y maestroliendres…
Lejos… nuestras abuelas y sus ecos, nos dicen la sabia frase: “Tú haz caso al médico, que ha estudiado”. Pues eso, si quieres saber de algo, no basta con parecer, hay que ser.
Como saben, esta es Christine O´donnell. No sabemos cómo llegó a ganar unas primarias y amenazó con llegar vía electoral, a gobernadora del castizo estado de Delaware. Esta individua declaró públicamente que la evolución era un mito (que era mentira, vamos; que la prueba era que si salimos de los monos, ¿por qué aún había primates retozando y oliéndose los culos en la selva?). Así fue. También hizo campaña fundamentalista desde la iglesia luterana, calvinista o vete a saber cómo se llaman estos herejes, condenando la masturbación por suponer una infidelidad en toda regla. No se puede hacer uno las pajas oportunas en el honorable estado de Delaware: antes reventar que engañar a la parienta. Contención a tope. El problema es que algún día el que se aguanta cae, y ese día salimos todos en canoa.
Esto contrasta indudablemente con aquel incidente hace unos meses en el que dos republicanos en el senado en Washington DC se dejaron el micro abierto y todos pudieron escuchar como uno de ellos (que defendía la familia tradicional, los valores del compromiso y la castración del adúltero) narraba al otro, la felación practicada por una joven puta de estas que comparten juntos en sus correrías, con detalle tal, que tuviéronse que ausentar algunas de las señorías a visitar el baño. Esto es la doble moral, hermanos. Para los amigos estadounidenses es un arte. Aunque en España también somos unos expertos, aparte de en otras disciplinas en los que somos número uno, como el fútbol, el tenis, el ciclismo, la fórmula uno, y acojonar piratas somalíes. (En la foto: patulea de anormales ultraconservadores danzando en una convención).
Tenemos el ejemplo de los republicanos del Tea Party (o Ti Pari, para los entendidos) por tratarse de un ejemplo paradigmático. Todos estos analfabetos con poder heredado de sus papás – muy anglos y muy sajones – han pertenecido a sociedades en las que se comían la boca unos a otros, que los han impulsado (como el Opus, vamos) ya se llamen estos grupos Skull and Bones o la ilustre Cofradía de la Mierda Pinchá en un Palo. La cosa es que tras una vida en la que los demás le bailaban al señorito, éste decide meterse en política y acabar de rematar la faena jodiendo al personal con su estrechez de miras y ambición por la pela. (George Bush senior en la sociedad secreta Skull and Bones, a la izquierda junto al reloj).
Entre la ilustre profesión del cómico, hay muchos fulanos dados al conservadurismo reaccionario, como Raegan, Heston o Chuacheneguer. Este último tras ver a su California en bancarrota opta por avisar de que legaliza la marihuana y así optener un pastón formidable. De repente un montón de gilipuertas y repartidores de estopa que antes despotricaban de los chicanos por vender esa mierda en nuestra gran nación salen en programas de tv defendiendo lo que diga Terminator. El caso es que Chuachenaguer aseguraba en sus mítines que él se vino de Austria porque en Europa permitían “endrogarse” a las personas humanas y América es un país de puta madre. Suponemos que tuvo que meterse su acento germano por el ojete cuando alguien publicó un video en el que el tipo salía disfrutando de un petardo con sus amigos, los musculitos setenteros.
Y Charlton Heston, al final, trabajó en tantas películas de “convois” que se quedó perpétuamente en el Oeste, como sheriff de Nottingham, aunque ni siquiera sepa que Nottingham no está en USA; porque él tiene que ser sheriff, “y si no, no respiro”. Al final, como sus correligionarios, es sólo un cagado que se va por la pata ante la idea de cruzarse por la calle a alguien diferente. El miedo sigue siendo el desconocimiento, la duda. En la foto: Vote for freedom, vota por la libertad, por la libertad de pegar tiros con revolver o con trabuco.
Estos son los que enseñan a las visitas su escopeta cuando van a casa. Los que ven y dejan ver a sus hijos pelis de repartir leña donde el prota admirado admistra muerte a mansalva pero se automutilan y manifiestan ante el Capitolio cuando se ve una teta en la tele. Los que repiten “In God we trust” o cantan God bless America pero te tiran una bomba de racimo en una guardería, eso sí, preventivamente. Véase el ejemplo de Marco Rubio, el republicano pijo-latino, casado con un pepino de tía, gobernador (o eso creo), con dos hijos muy americanos, jóven y bello, orgullo del american dream que cualquier matao puede conseguir con esfuerzo y un par de mamadas a tiempo. Este proclama básicamente que olé mis cojones: yo entré en este fantástico país… pues ahora que lo cierren, que se nos cuelan los latinos sucios estos, oiga… que yo conozco al Wilson Gómez, que fue conmigo al colegio en Villa Chapultepec y es un cabrón de cuidao.
Baste un ejemplo del que nadie habla, pero que todos sabemos: Sarah Palin, la puretona republicana (que por cierto, en plena campaña fue sorprendida por el bombo de su hija adolescente, que era adolescente pero de familia decente y conservadora, no se vaya usted a equivocar) embelesa con sus discursos anticondones, antiextranjeros, pro-invasiones y pro-explotación de obreros, pero todos los allí presentes con sus corbatitas rojas y pines de la bandera (incluido el Marco Rubio ese), y toda la plana mayor, sueñan con calzársela por derecho, con sus gafitas puestas y sus líftines no reconocidos.
Condeno a estos pecadores a vivir tal y como predican que debemos hacerlo los demás, y sin todo ese parné que tienen… que se lo trabajen. Y el consejo para los hermanos es el de dejarse de moral y de chorradas: ustedes saben lo que está bien y lo que está mal… pues hala… a actuar en consecuencia. Así de fácil.
Joder. Walt Disney tenía razón, hermanos: La belleza debe estar en el interior. Hoy atenderemos a la penitencia de unos pecadores que suponen todo un clásico en nuestro país. El etarra, el abertzale, el batasuno. Pero no atenderemos a estos hijos de mil padres por sus tendencias sociópatas y asesinas, por lo obvio del asunto. Que no merecen vivir está tan claro que no pienso aportar nada nuevo. Sobre lo que me gustaría llamar la atención hoy es sobre una pregunta que ronda la mente de todos pero que por el simple hecho de hacerla te pueden tachar de superficial para los restos: Pero estos cabrones y cabronas ¿Por qué tienen que ser tan feos? Lo digo porque un abertzale se hace notar en el telediario como un rapero en una reunión de viejas.
En verdad os digo que el hecho de que estos pecadores sean tan incómodos de ver no es sino un agravante. Quién no ha fantaseado con encerrarse con estos en una habitación y “arremangarse”. Pues es que si a sus crímenes se les añade su delito hacia la salud pública y estética, el que se meta en esa habitación a cumplir va a dar palos hasta en el cielo de la boca y allí cobra hasta la sota de bastos.
Si tenemos que verlos tanto en la TV por qué no se arreglan… un poquito nada más. Es que me da asco verlos. Hay veces que no distingo bien si uno es un tío o un tío. No se si me explico:
De izquierda a derecha:Macho, Indeterminado, Hembra.
Creo que ha quedado claro. ¿Es que en las batasunas pocilgas sólo hay tíos rudos y marimachos de sexo dudoso? Pareciera que en las filas etarras lo que hay es mucha frustración de transexuales en vez de reconocer su condición y disfrutarla como puedan… y dejar a los demás en paz de una puñetera vez.
Un texto del mismo Arana decía: “La mujer vasca, en el campo, trabaja como el hombre. Es bella, con una belleza que ha perdido sus delicadas formas y se ha hecho varonil a los rudos golpes de la laya y se marchita para los treinta años. Pero es más bella de alma". Pues eso, Sabino Disney. Explicados quedan los rasgos grotescos, aunque a ciencia cierta sabemos, que las batasunas, sobre golpes de laya, nada de nada, pero de porros mucho de mucho. Pero vascas las hay de todas las familias en la viña del Señor, y el fallo es que tú siempre identificaste a cualquier vascongado como puto batasuno liberador de Euskal Erria. Que puestos a reivindicar fueros como lo hacías de todo el antiguo Reino de Navarra, País Vasco español y francés, etc... pues yo ya me pongo y pido para mí el territorio de Al-Andalus de digamos el año 800, me quedo con toda la península y te regalo un cacho de Asturias para tus perroflautas extremos y tu Rh de las pelotas. A lo que íbamos; que féminas vascas, apreciamos en las dos fotos siguientes:
Y digo yo que la de la derecha es vasca pero un día de estos se parte. ¿No va a ser, Sabino, que las feas sacramentadas son las tuyas? Las abertzales de diseño: pelo corto coloreado y duro como estacas, más anchas que Popeye de levantar piedras, mentón de buque, focamonjes, forzada estética izquierdosa e imposibles de ser cubiertas sexualmente. Y los machotes disfrazados de okupas punketas con colección de aros en las orejas, y unas ojeras de noche porrera de muy señor mío, y peinado mohicano. Señor… si parece que estáis en plenas olimpiadas de ver quién es más antilujuria. Vaya engendro debe ver el mundo con el cruce perveso entre dos etarras. Me hago cargo de lo incómodos que deben sentirse los vascos de veros a vosotros el careto de alpargata que portáis.
Lo peor es cuando tras ser aleccionados por su famoso manual (el mismo que ordena que denuncien malos tratos de la poli – que se entiende que los etarras malos tratos a los muertos, pues no oiga -), por consejo de este, te salen esposados de sus pisos francos supercontentos y saludando al vecindario como el que se va de farra y seguro de que uno es en todo caso un martir. ¿Pero como salís así de contentos (y no lo digo por los años de cárcel), con la desgracia que tenéis encima por esa cara de trucha infame.
Está claro que el ser feo de cojones es algo que lo da la ideología. Supongo que se le empocha a uno el carácter hasta convertirse en un ser engurrumido hasta el alma. Rediós… ser tan feo es pecado capital. Pues sí, Mr Walt, la belleza estará en el interior… cuando esté. Porque hay veces que no está. Qué triste.
La penitencia para estos truhanes es la pena de muerte. Pero como no puedo quitarles el don divino, me contentaría con que limpiaran culos con la lengua por toda la eternidad unos a otros. Estáis en pecado mortal, y es irreversible. Sois como aquel retrato de Dorian Grey, que afeaba la cara del jóven cuanto más crímenes cometía, hasta convertirlo en un viejo putrefacto. Felicitaciones.