Pero cuando acto seguido me vino a la cabeza cómo los seres humanos que dirigen bancos esclavizan de por vida a sus "hermanos" en hipotecas heredables, cómo los seguros y hacienda exprimen al trabajador sin dar nada a cambio, cómo los gobiernos mandan a la guerra a jóvenes con o sin futuro a morir para que Cheney u otros empresarios carnívoros tengan donde sacar más cuartos, cómo se encarecen e incluso impiden los tratamientos que podrían curar el cáncer por seguir trincando, cómo los constructores hacen casas de cartón a cuarto de millón para las familias que se endeudan para siempre...
... entonces la respuesta me vino a la cara por ciencia infusa: "Claro que sí. Por supuesto, de qué te extrañas. Lo mismo que han hecho en esas dos torres y en las guerras que continuaron, os lo hacen a vosotros cada día los poderosos, a cada uno de vosotros, sin piedad, sin misericordia ninguna, y sin remordimiento".
... entonces la respuesta me vino a la cara por ciencia infusa: "Claro que sí. Por supuesto, de qué te extrañas. Lo mismo que han hecho en esas dos torres y en las guerras que continuaron, os lo hacen a vosotros cada día los poderosos, a cada uno de vosotros, sin piedad, sin misericordia ninguna, y sin remordimiento".
Frente a ellos, nosotros: unos seres que por anónimos, somos sacrificables, individualmente y en masa. Peones anónimos para ellos, y no obstante seres con sentimientos, expectativas y una vida detrás. Pero aunque somos víctimas como ese Falling Man al que llamaron así porque desconocemos su nombre, también somos héroes cuando otro anónimo de los nuestros, con cojones, sale a enfrentarse al monstruo sabiendo que será devorado, como aquel chino en el 89 frente a los tanques de Tia Nan Men. Desarmado contra la bestia, sólo con su valor, con su honestidad...
Somos perdedores, esclavos y víctimas cansadas,... pero aún duermen en nuestras profundidades, las almas de los héroes antiguos.
Podéis ir en paz.
Los poderosos humanos sin humanidad y cabrones sin balar.
ResponderEliminarAl llegar a casa besan a sus hijos, a su esposa y a sus fajos de billetes y duermen inquietos porque saben que en este mundo hay alguien más cabrón que él con unos hijos más guapos, una esposa más maciza y con fajos de billetes más gordos.
Esa es su motivación y su justificación, y aunque les veo dos brazos, dos piernas y una cabeza, me parece mentira que sean personas como usted o como yo.
Es horríblemente fácil detectar los patrones de acción-reacción del imperio en materia de invasión. Recordemos el auto-hundimiento del Maine con tal de culpar a los españoles en 1898 y así apoderarse del Caribe, sus recursos y su política. O Pearl Harbour, generado por provocación económica, donde murieron miles de personas de su propio país. Estos tíos se ponen atentados a sí mismos para luego tener argumento para arrasar lo que sea por tal de recolectarmás recursos.
ResponderEliminarMirando estos tres y más autoatentados históricos, podemos cifrar el número de muertos propios que están dispuestos a sacrificar de un sólo petardazo inicial para conseguir lo que quieren, en unas 3000 vidas.
¡Y duermen bien, señores... no se lo pierdan!