Sed bienvenidos...

... los que estáis asqueados de toda la Tontería que nos rodea, los que estáis hasta los cojones/ovarios de aguantar imbéciles e incompetentes, los que tenéis que reventar y no podéis porque vuestra castrante moral judeocristiana os lo prohibe, los que sufríais de pequeños las mofas de seres inferiores, los que esforzándoos no obtenéis recompensa, los que vivís en un mundo que no es para vosotros, los que sabéis parte de la verdad pero os toman por locos, los que necesitáis opinar sin ser juzgados por ignorantes, los que pudiendo cambiar las cosas aún dormimos.

lunes, 24 de octubre de 2011

AMOR POR LOS CLÁSICOS

Hermanos, hermanas...

Ahora está muy de moda cagarse en los muertos más frescos de los clásicos. Forma parte, seguramente, de esa modernidad y esa tendencia tan chachipiruli de menospreciar lo nuestro por creerlo moderno y occidental, a favor de todo lo exótico (aunque lo exótico sea un paupérrimo mojón pinchado en un palo). Estas tendencias son, posiblemente, la consecuencia por una parte de la infraoriginalidad de la industria peliculera, y por otra, la necesidad de dar masticado y tuneado el argumento del film para motivar al personal y que aguanten el visionado mientras consumen. Ya se sabe de otras veces, que la motivación es ahora lo fundamental; el dar al respetable lo que pida y si es no pensando, mejor. Motivación para trabajar, motivación para no pegarle a la mujer, motivación para no robar, motivación para aprender en la escuela (algún día dirán que para motivar a los niños los maestros van a tener que darles una chupadita…).

No se dónde empezó esto, pero recuerdo una bazofia titulada “La Liga de los Hombres Extraordinarios”, en la que aparecían un batiburrillo de personajes decimonónicos tuneados: Mr. Hyde disfrazado del increíble Hulk, Dorian Gray a lo James Bond, el capitán Nemo imitando a Bruce Lee… y un Tom Sawyer agente de la CIA, disparando a dos manos y preparado que te cagas. Se ve que el muchacho, más allá de la novela de Twain, se reformó, empezó a estudiar el hombre unas oposiciones ahí (como Dios manda), y pasó las duras pruebas de admisión. Resultaría más probable que el tonto del pueblo de un día para otro te explicara la Teoría de Cuerdas de forma entendible.

En definitiva, clásicos untados de vaselina para que entren por el ojete del iletrado y del que no piensa culturizarse en su puñetera vida. Luego te encuentras a tíos de 40 años que van de leídos asegurándote que Quasimodo se contentó llevándoles el botijo a su novia la zíngara y al guaperas de turno. O que Van Helsing el superhéroe, era un maromo de muy buen ver y muy petado, parecido a Hugh Jackman, al que dotaban de cachivaches futuristas en un sótano del Vaticano.

La última que nos ha llegado ha sido la profanación de los Tres Mosqueteros. En la puesta en escena se nos presenta a Atos como un ninja, a Aramis como un Assassins Creed descarado, o a D´Artagnan vestidito de cuero negro marcando paquetín y saltando en las ondas expansivas de explosiones varias, además de zepelines pinchados en los pináculos de Notre Damme y trampas a lo Indiana Jones. Ole ahí.
Lo de las explosiones es importante. A veces los guionistas de una peli sobre el Paleolítico se rebanan los sesos presionados por el productor, intentando discernir de dónde se pueden sacar una explosión. Y aunque la película vaya de romanos, los protagonistas tienen que apuntarse mutuamente con pistolas (de dónde te saques las pistolas da lo mismo, pero las sacas si no quieres ir a la puta calle).



Luego hay que aguantar que todos estos consumidores de aberraciones inunden los foros diciendo que “El Árbol de la Vida” es una mierda. Una mierda eres tú, que pretendes enfrentarte a una obra maestra sin haber visto a Kubrick o Bergman, sin haber admirado a Hooper o Wyeth, sin haber leído a Walt Witman. Lógico, lo tuyo es “Guillermo Tell 2.0: el origen”, donde seguramente los actores te hacen de narrador, hay polvo con la muchacha, y tiros a mansalva. No das para más.

En definitiva, cada vez más tontos y conversores de joyas de nuestra cultura en bodrios a la altura del betún. No desesperen: pronto podrán deleitarse con alguna película en la que el monstruo de Frankenstein conduzca el frankimóvil en una persecución y al llegar al final de la carretera, se tirará por la ventanilla disparando un par de uzis a cámara lenta con música de Prodigy. Por supuesto, acto seguido, el frankimóvil explotará.


Podéis ir en paz.

1 comentario:

  1. Desde que Stanley Kramer ofreció cuanto ni tenía para reventar la muralla de Ávila como parte fundamental de "Orgullo y Pasión", me guardo la crítica hacia la película, las explosiones, los efectos, las gafitas y los 3D suponen, como sustituto al guión, el alimento de la mente hueca y la panacea de los productores y directores mediocres. Lamentablemente la pescadilla no deja de morderse la cola; cuanta más mierda se le da al consumidor más demanda y menos exige, así hasta el punto en que para encontrar un mínimo de contenido es necesario encomendarse, como poco, al santoral completo.

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