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Hermanos, hermanas...

En vez de perder el tiempo con propósitos que no se van a cumplir, hagámos esta reflexión y seamos económicos: Al recopilar los sentimientos más recurrentes de las personas que sabían a ciencia cierta de su muerte inminente por enfermedad terminal, estos comunicaban los siguientes arrepentimientos:

1. Desearía haber tenido el coraje de vivir una vida fiel a mí mismo, no la vida que otros esperaban de mí.
2. Desearía no haber trabajado tan duro.
3. Desearía haber tenido el coraje para expresar mis sentimientos.
4. Desearía haberme mantenido en contacto con mis amigos.
5. Desearía haberme permitido ser más feliz.

Así que no perdáis tiempo. Ellos os lo están diciendo. Dejaos de gilipolleces y chorradas. Mandad a tomar por culo todo lo que sea un lastre, todo lo accesorio y secundario con lo que llenáis vuestras maletas inútilmente y coged la vida por los cuernos de una puñetera vez. Cuento autoaplicado. Dejad de esperar la cuenta atrás. Y vivid la vida hacia adelante.

Ya tenemos pues, los propósitos de todos para el nuevo año:

1. Dejad de hacer lo que os piden y haced lo que os salga del carajo. A esos a los que tanto cuesta respetar vuestra libertad mandadlos a chuparla. La mayoría sólo están ahí para molestaros.
2. Si eres de los adictos al trabajo eres un imbécil y lo sabes.
3. Dile a los que quieres que les quieres. Dile a los tontos que te rodean que vestirse de Armani o de Mourinho, no les quita el retraso mental.
4. No seáis torpes, que siempre estáis rehusando quedar con los amigos por vagueo. Organizad una salida al campo, un partidillo, una excursión, lo que sea… que sois unos apalancados… y compartid.
5. Dejad de estar tan ocupados en el derbi de los sábados y buscad la felicidad. Y después, encontradla.


Podéis ir en paz.

EL ESPÍRITU DE LA NAVIDAD

Hermanos, hermanas...

El espíritu de la Navidad mola cantidad. Eso está claro. Como experiencia del mismo, relato esta vivencia sin igual de cualquier mortal con un dedo de frente, condenada a repetirse por toda la eternidad:

Cuando la gente dice (por lo menos en Andalucía) "vamos a la navidad", se refieren a que vamos a los centros comerciales a comprar a mansalva. Adquirir objetos suntuarios a alto coste, envolverlos en papel con dibujos estampados y tomarse cafés entre tienda y tienda es sin duda, el espíritu ese. Obligado por la convención social y la amenaza de ser un enfermo hijueputa de no cumplirla, nuestro héroe esquiva zombis a contracorriente por la calle céntrica. Codazos y empujones de muertos vivientes que no miran por donde van porque la tortícolis les obliga a clavar los ojos en los escaparates; se paran de sopetón porque les trae al pairo que tú vayas detrás y luego se molestan porque les empetas el trasero. Van en busca de una colonia para la madre y de una tablet con todos sus avíos para el novio que comprarán con la paga que les da esa madre. Entra en el centro comercial, tipo Corte Inglés.

Los humanos allí congregados buscan entre artículos repetidos en serie algo exclusivo con lo que sorprender. Se siente mareado entre gente yendo y viniendo, gritos y villancicos crooners que insertan entre el "Campanas de Belén" para dar estilo. El tío que pasa con los turrones para que la gente pique está disfrazado de Santa Claus; debajo de la barba postiza se le ve descaradamente la barba de náufrago a lo cutre, y la espuma del cojín que usa como barriga postiza por 300 pavos al mes. La tía buena en dos dimensiones que anuncia la Coca-Cola desde su cartel le invita a comprar el brebaje en postura insinuante, y aprovechando que el niño Dios ha nacido, se estire comprando un pack de latas. Esquiva a tres zombis. Llega al estante del jamón serrano, donde compra un selecto tarro extremadamente cool diseñado por Vittorio y Lucchino con algunas lonchas y le cobran 40 euros. Es el regalo acordado entre toda la familia para el primo Paco. Nuestro fulano recorre el pasillo de la informática, pensando que el presente para el primo es muy elegante, muy sofisticado y muy caro, que les va a hacer quedar estupendamente, pero sabe que Paco (lejos del glamour aconsejado para tal obsequio) se comerá el jamón cool metido en una telera, viendo el fútbol y rascándose el paquete en su cuarto inundado de mierda hasta el picaporte. Porca miseria...

Bin Crosby canta por los altavoces I´m dreaming of a white christmas aludiendo a un hogar con abuela haciendo punto en la estufita, colacao calentito y gato rechoncho mientras nieva fuera; pero fulano está agoviado de calefacción a tope, niñas monas de escotes generosos pasando frío voluntariamente portando grandes bolsas, y comerciales que le abordan por la cara en los pasillos para decirle:

- ¿Conoces la tarjeta de puntos de JohnnieYonkie?
- No
- Te informo de las ventajas...
- No, por favor.
- ¿Seguro?
- Sí
- Entonces es que ya la has probado...
- Sí (mentira dicha para que le dejen en paz)
- Entonces ya sabes lo que te estás perdiendo.
- Sí.
- A ver, venga, dímelo.
- ¡Que te den por culo!

Se deshace del hombre lapa. Esquiva el codazo de un zombie. Por la megafonía se escucha a una bajuna impostando la voz mientras come chicle, diciendo que los padres de las niñas Noa y Zoe vengan a recogerlas, que las han encontrado atiborrándose de papas fritas sin la supervisión paterna. Posteriormente un nuevo mensaje: "Ven a nuestras tiendas, tenemos todos tus sueños". No jodas - piensa fulano - tienen un vale por el perdón de la hipoteca y no lo sabía... volveré mañana.

En mitad de un pasillo hace un regate maestro a un niño loco y berreante pataleando en el suelo por no obtener los Reyes ipso facto, a la madre que lo parió, y a la abuela que solloza "ay-mi-niño-pobrecito, qué-dolor-de-él", y piensa que a Messi le pagan por esto. Se acuerda de la cena de Nochebuena y del condumio que le queda por comprar y se dirije a la parte de las carnes. Manolo Escobar deleita el ambiente con los Peces en el río. Mientras piensa en lo que debería ser la cena perfecta, cálida y nostálgica, pero sólo alcanza a predecir el cabreo de la mujer porque su suegra ha criticado los canapés que ha hecho, los chistes porno del cuñado dichos en alto con los niños delante, la sobrina endemoniada porque quiere huevos con papas en vez de pavo, el hijo adolescente dando portazos porque quiere ir al botellón con esosamigosquevanatodaspartesperoélno... y se pregunta cómo debe pasar las próximas navidades: ¿bien... o en familia?

Está puteado porque se desloma agasajando a familia y amigos aunque los rácanos sólo le regalarán unos calcetines, y lo sabe."Putos calcetines eternos; no me conocen nada después de tantos años de sacrificio y compromiso, hijos de su madre..." Disfruta del espíritu de la navidad mientras abandona el edificio infestado de zombis y se dirije al coche, donde encuentra un papelucho rosa con un regalo: multa de 96 euros por tocar el paso de cebra con la trasera, con un considerado descuento del 30% si paga sin quejarse.

Nuestro héroe toma una decisión importante tras vivir el espíritu, e iluminado por el niño Jesús, decide mandar a todo cristo al carajo "y se va a por tabaco".


Podéis ir en paz.

SEXTEEN

Hermanos, hermanas...

¡Adolescentes pavos, arrepentíos de vuestros pecados! Arderéis justamente en el Infierno por vuestras faltas. Anótese para la posteridad y la historia universal el fenómeno tan difundido actualmente de las muchachas grabándose en la webcam como su madre las trajo, o esos efébos de musculado y transitorio palmito que se fotografían en el espejo del baño a lo Cristiano para mandarse a sus pretendientas.

Hace poco, un padre muy enfadado denunciaba a los amigos (o más própiamente "follamigos") de su hija de 14 años, la inocente y virginal, la cual había sido grabada durante una noche etílica mientras le trabajaba el pilón a uno de la pandilla, para regocijo de los allí presentes, de ella misma, y de las tropecientasmil visitas que tuvo el video. Que lo de la denuncia está bien... ¿pero tu niña que hace bebiendo como un ciquitraque y dejándose grabar en pleno climax y dándolo todo a cámara? Por mucha denuncia que pongas tú eres uno de los culpables (por mindundi) y tu hija otra. Aquí sólo hay culpables. No se salva ni Dios.

La susodicha ya había colgado varios videos desvistiéndose a ritmo de reggeton y moviendo el culo como una perra, evidenciando su galopante ninfomanía y algún que otro trastorno de personalidad, remitiéndolos al novio. Mala gestión de las calenturas adolescentes, malutilizando los recursos de las nuevas tecnologías, supongo. También algunas fotillos de baño con cara en tres cuartos, morritos asiliconados, maquillaje barbie y objetivo en picado para pillar escote (muy original). La chica pensaría que las fotos que se echan por la red, una vez vistos se autodestruyen o algo así; o creería que seguro que los actos que ella perpetra y ejecuta en el mundo, al igual que en su casa, no tienen consecuencias. Pues no, bonita: la vida ahí fuera es real, y los efectos tienen causas. Bienvenida.



Al novio, al cual llamarán por su apodo hasta en su casa, si le seguimos la pista, encontraremos entre los archivos fotográficos del portatil tuneado que le trajeron los Reyes Magos, fotos que se hace marcando las abdominales con esfuerzo indudable hasta casi hacerse de vientre (porque el gimnasio hay que amortizarlo y las hembras tienen que acudir al reclamo). Pero el verdadero pecado no es la foto de su desnudo musculado en slip marcapaquete con rosario fosforito al cuello... el pecado es el fondo de la foto: desnudo con cabeza cortada o cara de psicópata sobre pared de gotelé, cuadro de marina rococó al fondo, mueble-bar de la abuela con platos de porcelana de la Cartuja y cubertería de Nochebuena, almanaque de la Once, florero inclasificable y flamenca sobre la tele.

Y pienso que vuestro pecado es perseguir un glamour para el que estáis incapacitados de por vida. Porque compadre, si quieres aparecer en plan Hugh Jackman para las parientas y consigues que alguna chavala se alivie con la foto pues mira, ahí esta tu aportación a la humanidad (que poco más podrás hacer), pero por Dios... asesorate antes y escoje un fondo menos hortera. Cretino.

Podéis ir en paz.

NUESTROS PADRES NOS DIJERON...

Hermanos, hermanas...

La generación de nuestros padres es una generación bienintencionada, yo no digo que no... Dios me libre. Pero en este devenir evolutivo y darwinista, ser bienintencionado no te libra de la selección natural ni del carácter indiferente y cabrón del cosmos.

Nuestros padres nos dijeron que trabajando más que los demás, estudiando una carrera, y esforzándonos hasta partirnos los cuernos, conseguiríamos lo que ellos no: ser libres de un jefe, ganar pasta a niveles de olvidarte de las penurias, un baño como los que salen en los anuncios de Don Limpio, hijos felices en tu monovolumen, etc... Pero la verdad es que un titulado universitario cobra ahora menos que un técnico, a lo mejor igual, y en la mayoría de ocasiones ni lo contratan por excederse en preparación; aunque resultan muy útiles para currar a más nivel pero pagandosele una mierda. Su jefe es a veces un empresario garrulo sin la ESO que le contrata temporalmente y sin seguro.

Nuestros padres nos dijeron que teníamos que comprarnos una casa porque eso da una seguridad y en nuestro tiempo ya era muy fácil tenerla; no como en el suyo que hacían unos sacrificios inauditos. Pero la verdad es que nuestro héroe se compra una casa y los intereses bancarios le esclavizan hasta más allá de la edad de jubilación, pagando casi todo su sueldo al mes a los usureros del banco que le cobran el triple del precio. Nuestros padres pagaron su casa en 6 u 8 años, Nosotros en 40. Al parecer eso no es un sacrificio.

Nuestros padres nos dijeron que no jugaramos tanto al ordenador, nos racionaban el tiempo ante la pantalla, para que siguieramos estudiando los contenidos alienantes y decimonónicos del colegio, porque el ordenador era como una droga. Pero la verdad es que la gran población de los que sí vivieron su infancia con el ordenador son ahora personas totalmente adaptadas a este tiempo cambiante que tienen profesiones de este tiempo, que usan los métodos de comunicación de este tiempo (y no me refiero al Facebook ni al Tuenti que maneja cualquier matao) para hacer cosas, trabajar y ganarse la vida a gusto (véase los tipos de Google, los probadores de videojuegos, o los activistas y hackers antisistema). Mientras nosotros somos aún analfabetos cibernéticos que tenemos que tirar de nuestra dependencia del amigo informático hasta para formatear el cacharro.

Nuestros padres nos dijeron que teníamos que formar una familia (más bien en este aspecto no daban opciones). Acabando así con todas nuestras posibilidades de independencia, libertad, disfrute de la vida, oportunidades de hacer lo que te de la gana, viajar de aquí para allá, y dejar de ser un número más de esta farsa en la que se valora tu dependencia, tu sedentarismo facilitador de control sobre tí, y tu consumo de necesidades pencas para aparentar ser una familia más feliz que la del vecino.

Nuestros padres dijeron que de no estudiar acabaríamos bajo un puente, pero algunos listos y otros políticos buenistas han demostrado que cualquiera que no estudie tiene garantizado el título con tal de falsear los resultados de los informes europeos de éxito escolar. Cualquier matado que no estudie será rescatado con las ayudas pertinentes de garantía social. Y se sabe.

Los padres de cualquier generación, y nosotros lo seremos en el futuro, cometieron el error de pensar que el mundo de sus hijos se movía por las mismas reglas que el mundo que vivieron. Pero el mundo actual tiene otras reglas, se mueve rápido, da diez mil vueltas en un día, los trabajos no son vitalicios, ni ahorrar sirve de mucho, ni hay valores ni principios a los que atenerse. Guiarse por los valores de los padres cuando éstos son sensatos es algo muy recomendable. Pero el que se enfrente a este mundo con las directrices de sus padres está acabado.

Podéis ir en paz.

WHAT THE FUCK!?

Hermanos, hermanas...

Atiendan al siguiente titular de hoy en un diario español, y luego hablamos:

¿Se puede juzgar al rey Baltasar por lesiones?
Un juzgado de Huelva desestima una denuncia contra el mago de Oriente presentada por una particular, que resultó herida en un ojo por uno de los caramelos lanzados.- Según el auto, Baltasar es una persona extranjera, sobre la que no se tiene jurisdicción en España, y de la que el propio juez se considera fiel seguidor.

A ver... Este titular sólo puede darse en Italia o en Andalucía, esa tierra en la que no es raro ver cómo la sobrina de un político de la Junta, con unos meses de edad, cotiza miles de euros en la Seguridad Social por toda la cara. ¿Pero cómo afrontamos esta noticia? ¿La tomamos en serio, lloramos la defunción de lo que quedaba de coherente en nuestra sociedad, o nos partimos el culo de risa y pasamos a otro chiste? Evaluemos las posibilidades.

Posible versión 1: la tipa en cuestión es una de esas individuas fabricadas en serie de las que componen la sociedad española, propensa a denunciar todo lo que no le guste, porque así lo hacen sus ídolos televisivos y porque Dios así lo manda. Ha ido a la cabalgata con la idea de recoger toneladas de caramelos para su hijo, el Yona, pero piensa que el amigo empresario y garrulo del concejal - disfrazado del rey mago - es capaz, por sus cualidades ninja, de tirar un puñado de gominolas al populacho sabiendo la parábola exacta que va a llevar cada uno de los caramelos. Y que sabiéndolo, es claro que uno de ellos ha sido enviado intencionalmente - como no podía ser de otra manera - al ojo de la susodicha, por hijaputa, por bellaca, y por viejas rencillas de familia que pudieran tener en el pueblo. La maruja, al no ver otra alternativa que ésta, cambia el rictus y se pone el mono de denunciar y querellar, y como buena cateta, se va a la policia o donde sea menester y dice - como buena española - la chorrada del siglo sin ningún complejo: Me ha agredido el Rey Baltasar (seguro que la tía ni pensó que tras el maquillaje había un fulano; país de subnormales...) a lo que otro tonto, en este caso un juez, acepta a trámite la barbaridad.

Posible versión 2 : El juez, que llegó al cargo a base de soltar del taco y mover amistades del padre en su época de opositor, acepta a trámite - como se hace siempre con los imbéciles - y aplica todas las tonterías que la ley contempla con rigor burocrático. Dase cuenta el hombre, de que el acusado es, como en otros miles de casos, un negrillo subsahariano de estos que al no saberse si es de Senegal o de Costa de Marfil, aplícase la paletada legislativa de no poder hacer nada y dejarle por consiguiente, libre total para andar por el país como si fuese suyo. Además, el juez rememora sus años de infancia, recuerda el balón de Naranjito que se le echó aquel día 6, y agradecido aunque tomándose la diligencia tan en serio como manda la legislación, estudia el veredicto tan concienzudamente como lo hicieron en los casos de tantas niñas secuestradas, violadas y asesinadas.

Posible versión 3: El periodista es retrasado. Pertenece a esa generación de chupatintas adeptos a introducirte la noticia como si fuese un cuento para romperte los esquemas y digas "¿mande?" y te sigue el rollo simpaticón y humano de la escuela de los España Directo.

Posible versión 4: El juez, que es un cachondo mental, y está a hasta las gonadas de tanto gilipollas copando el sistema y de los muertos más frescos de Belén Esteban, decide pasárselo bien con este caso, y tomándoselo a coña, se cachondea de todo cristo sentenciando lo que le sale del alma.

Tiene guasa que después de pintar a un tío de negro, quedando más falso que el caracolillo de Superman, venga una tonta del culo y te denuncie al fulano. Eso de que te denuncien es una mierda (sobre todo porque siempre es injustamente), pero que encima te denuncien estando uno disfrazado de algo, es un deshonor y da un porculo que lo flipas. A ver cuando los tontos se dan cuenta de que cuando vas a una cabalgata te expones a que un cupachups te pueda partir la crisma, o que cuando el borracho de turno se pone a correr delante del toro en los San Fermines, se está buscando la cornada libremente. Se sabe a lo que se va, y hay que tener cuidado con lo que se hace... Tanta denuncia, y tantas pajas mentales.

Podéis ir en paz.