Sed bienvenidos...

... los que estáis asqueados de toda la Tontería que nos rodea, los que estáis hasta los cojones/ovarios de aguantar imbéciles e incompetentes, los que tenéis que reventar y no podéis porque vuestra castrante moral judeocristiana os lo prohibe, los que sufríais de pequeños las mofas de seres inferiores, los que esforzándoos no obtenéis recompensa, los que vivís en un mundo que no es para vosotros, los que sabéis parte de la verdad pero os toman por locos, los que necesitáis opinar sin ser juzgados por ignorantes, los que pudiendo cambiar las cosas aún dormimos.

viernes, 8 de octubre de 2010

EL SOMA Y LA FÁBRICA DE CIUDADANOS DELTA

Hermanos, hermanas...

A esa hora en que los que pueden se echan la siesta, en la que las compañías telefónicas te llaman e invaden impúdicamente la intimidad de tu casa… se perpetra paralelamente el hundimiento de nuestra civilización desde ese aparato, en otro tiempo revolucionario, llamado televisor. Como casi todo lo revolucionario, pudiendo usarse para el bien, el ser humano prefirió usarlo para hacer el mal, y sacar tajada.

Podemos encenderla a cualquier hora y notar sus efectos corrosivos. No obstante hay ciertas horas (sobremesa y tarde, además de prime time de fin de semana) en que es más fácil capturar y lavar los cerebros de los individuos más vulnerables y numerosos: las amas de casa autómatas, incultas y empastilladas, y los adolescentes de la ESO. Para subyugar a los hombres basta con el fútbol. Ejemplifiquemos:

Enciendo la TV y veo una pandilla de tertulianos (dícese del personaje que cobra por aparentar que lo mismo sabe de la Campanario que de física cuántica) que aseguran tener el título de periodistas aunque aún largan cosas como “contri más” o “habemos”, mientras se atiborran de chucherías en la mesa de debate, por llamarle a la mesa de alguna forma (lejos quedan, por allí por los 80 aquellos debates de eruditos serios y estirados pero que por lo menos sabían leer y escribir). A esta horda de retrasados y chuloputas intenta moderarlos el presentador show- gay (todos sabemos a estas alturas que para llevar un programa de éxito es requisito indispensable que te huela la espalda a Brumel). Lo de moderarlos es relativo porque más bien los arenga para que se griten entre ellos, los pica y los manipula que da gusto, mientras el público aplaude como loco cada vez que uno de los esperpentos acaba una frase en un tono arrabalero aunque no haya dicho nada con significado. Y para animar al personal, nada como poner musiquita y politonos que no vienen al caso y bailar, ¿para qué? y a quién le importa, la gente es tonta ¿no? pues toca hacer el gilipuertas. El showman le da a la parroquia lo que la parroquia pide.

Como personaje invitado tienen sentada en medio a una mujer que es enferma mental. No estoy ironizando. Se le ve un claro trastorno psiquiátrico y un problema de adicción. Cada palabra suya provoca dos cosas: o el descojone general, o las lágrimas empáticas de los que se reían de sus chorradas. Emoción barroca pura y dura, hermanos. Todos hablan del mismo tema: a una bajuna operada de cara y mamas que han dado el título de princesa del pueblo (así por las buenas, sin referéndum ni nada) famosa por haber fornicado hace una década con un torero de tercera división y por hablar de su hija menor, le ha puesto los cuernos su marido camarero con una tía que va cascándolo por los programas (recolectando dinero para operarse ella también). Y todo se ha montado porque la borracha invitada un día lo soltó también con ánimo de lucro (que para eso está aquí hoy, subida al carro). En definitiva, toda esta jauría vomitivamente bizarra de freaks parlando de esta mierda provoca en mí una pregunta: ¿Y a mí qué carajo me importa?

El caso es que a la mayoría de España sí le importa. Y además se partirían la cara contigo por defender a la agraviada, que gana 100 veces el sueldo mínimo interprofesional por poner a parir al que le pongan esa tarde por delante. La gente está aburrida de la ostia. Y es ese mismo aburrimiento el que les lleva a tragarse y además creerse no solo los montajes que preparan en la TV (más preparados que el pressing catch), sino también los numeritos amateurs diseñados por los buscadores de sus 15 minutos de gloria en los programas de testimonios, confesiones y pelea familiar.”¿Te has follado a tu perro y no te atreves a contárselo a tu madre?, ¿Has vendido el coche de tu padre porque te obligaron las voces y temes que te de una manta de palos? Ven y cuéntalo en la tele”.

Luego te diseñan un Gran Hermano (desprestigio donde los haya del concepto Orwelliano) donde cuidan al máximo el casting para meter hacinados a una panda de trastornados, enfermos e inadaptados para que revienten, y nosotros muy felices y voyeurs, ver cómo le dan a la noble tarea de dormir, follar, echar mierda y pelearse de las formas más bajunas imaginables, hasta que llegue el día en que uno le pegue una mojá a otro con el cuchillo del jamón porque le falta el tabaco, y eso si que no porque yo soy así, y yo voy de frente, y tu no me vas a cambiar y a mí no me chulea ni Dios. Opino como todos; que los enfermos deberían estar en tratamiento. Pero lejos de eso, luego los envían como fichajes a otro programa en el que una caterva de tías vestidas de puta de discoteca intenta conquistar el amor (cuando quieren decir fornicio y pasta gansa) de unos ex peones de albañil metidos a Cristiano Ronaldo, todos con el mismo peinado de la puta crestita de los cojones. Lógicamente todo acaba como el rosario de la aurora, llamándose de todo y hasta pegándose de leches.

Tras pensar que todo es un teatro e intentar consolarte, ves los mensajes de texto que ponen debajo de las imágenes: “ai ke nominar ala Chuki envustera ijaputa tkiero loco / salbar a Debo es la k bale + xk sea trebido a foyá besito la jitana wapa”. Es entonces cuando sabes que todo ha acabado; no sólo es dentro, la metástasis está fuera y crea tarados a velocidad imparable. Los jóvenes son carne de zombie, los padres no harán nada porque ya son muertos vivientes, el sistema educativo no podrá hacer nada porque el legislativo no se lo permite, y la producción y el mercado seguirá pagando un potosí por cada minuto de oro con su marca en los descansos de estos programas para electroencefalogramas planos.



La tele es un espejo de la sociedad que la consume. Estamos en tierra de muertos que se piensan vivos. Rodeados de reporteros forzando amaneramientos y de gilipollas por doquier. La soledad más bestial y paupérrima nos rodea. Nuestros vecinos ya son como ese falso periodista que busca la menor oportunidad para acusarte impunemente de genocida cabrón, encendiendo la mecha del bulo embustero a cambio de algo de popularidad y unos eurillos si es posible. Así es la prostitución en los mass media.

Al venir cansado de regalar tiempo de tu vida a cambio de pasta que luego se llevarán la hipoteca, hacienda y las aseguradoras, la TV te ofrece horas de relax e historias virtuales, inócuas y poco peligrosas para el sistema. No acudan a la literatura ni al arte (podrían pensar demasiado). No descubran el mundo que hay tras la tele, no vean la verdad, no se planteen otro mundo. Les da lo que ustedes necesitan. Hagan lo que diga la tele, piensen lo que diga la tele, crean lo que diga la tele, encaminen sus vidas hacia donde les diga la tele…

Solución: Apaguen la tele.


Podéis ir en paz.

6 comentarios:

  1. La primera imagen de este inspirado sermón ilustra con precisión nuestra televisión. Vemos en un primer plano a una señorita mona que muestra su cuerpo cual meretriz esquinera (véase la boca abierta), con actitud exponedora de glándulas mamarias a la vez que se contonea en lo que parece una incitación a ser poseída por cualquiera de los potenciales fornicadores que se encuentran contemplado esta escena tumbados en el sofá con los jugos gástricos trabajando a tope.
    En segundo plano tenemos al presentador de circo, con fusta en mano, que exhibe la carnaza (mujer mona y tetona)para ponerle el miembro erecto al que acaba de zamparse un almuerzo sobredimensionado y que ahora comparte la sobremesa silenciosa con su mujer que también se encuentra absorbida por la tontería lumínica que sale del tótem de su hogar. Además, dicho presentador de circo adopta una actitud agresivo-burlesca del panorama con la que acaba de deleitarnos, haciendo de todo esto un esperpento como diría Valle-Inclán, o una pesadilla como diría yo.
    El caso es, que de los millones de personas que han visto esto, unos vuelven a trabajar y otros siguen con sus quehaceres si es que los tienen. Lo que tienen en común es que ahora se le suma a sus digestiones una buena dosis surrealista y dañina de cojones que los llena de gases cerebrales, intestinales y espirituales beneficiosos para seguir viviendo lo que les resta del día. Por la noche otra buena dosis y a dormir tan tranquilos y sin haber hecho por lo menos un poco de ejercicio que purgue la higiene intelectual.
    Del video mejor no comentar nada. Solo decir que me cuesta trabajo concebir que hoy en día algunos sigan sobre dos piernas y no sobre cuatro patas. Sin duda eso se lo deben a sus ancestros y a la genética, porque si fuera por sus logros aún estarían meándose encima y con el culo "escardao" de tanta mierda pegada.

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  2. Aleluya hermano... Si es que había una gran verdad en aquella frase: somos enanos sobre hombros de gigantes.
    Realmente todos los pasos intelectuales y esfuerzos hercúleos han sido obra de unos pocos que a lo largo de la historia, eran excepcionales y excelentes (además de rechazados). Todo para que luego veas cómo el seguidor de Sálvame Delux y la Champion League se crean herederos del ingenio humano. Pues no. Esos enanos sobre los hombros de Fleming, Newton, Darwin, Cervantes, Ibn Jaldun o Lao Tse..., son los zombis de la tele, los que dan chucherías a los hijos para que se callen, los que para casarse se gastan 6 millones, los que van cantando flamenquito por la calle, los de la botellona, los incapaces de comprender una postura ajena, los analfabetos funcionales, los del público del Diario de Patricia, los que votan al alcalde porque es más guapo que el otro...
    En definitiva, los que nunca contribuirán en nada, más que a la involución. Aquellos gigantes parecen ser sencillamente, de otra especie.

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  3. Interesante y acertada reflexión sobre el tema señor predicador. Desde mi punto de vista he de agradecerle a este tipo de programas que curaran mi tele-adicción y me llevaran por el camino del entretenimiento selectivo.

    No hace mucho me postré en contra de mi voluntad ante el televisor a esa hora en la que los cirujanos dejan salir a sus bestias tomar el aire en los platós de TV, y mucho más lejos de lo que esperaba encontré una coherencia y un objetivo claro en lo que estaba viendo.

    Estaba ante un medio que crea, difunde y analiza sus propios monstruos. No hay nada más rentable que tomar a un Don Nadie, meterlo en un reallity, acribillarlo a entrevistas, enrollado con una Doña Nadie, intercambiar demandas con unos y otros personajes y finalmente convertirlo en contertulio hasta que el chicle deje de tener sabor y no sea rentable.

    La maniobra es perfecta, la inversión es ridícula y la rentabilidad es acojonante. Uno se explica cómo una cadena de televisión puede cotizar en bolsa viendo una estrategia que se asienta sobre el fértil (y por des gracia abundante) abono de la estupidez humana.

    El mundo es maravilloso.

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  4. Realmente increible el poder de autoregeneración de la basura televisiva y de todo el capitalismo en general. No deja de ser ineteresantísimo el ver las maniobras sociológicas que llevan a cabo a gran escala con resultados sorprendentes. La verdad es que como ingeniería psicológica es todo un éxito científico (ciencia para hacer el mal, se entiende).
    Lo del éxito de T5 en bolsa, aunque puteante, refleja al público; es la triste premisa de dadle a la gente lo que quiere.
    Una vez más, si analizamos en profundidad, comprobamos la horrible realidad: en el fondo los culpables no son los expendedores de artículos a consumir... los culpables somos la masa estúpida.

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  5. Uno de esos que están cansados de esperar.19 de octubre de 2010, 19:52

    Todo está dicho, hermanos:
    [...] Luego, mientras Epimeteo dormida, abrió el cofrecito, y rápidos como el viento, salieron todos los males que desde entonces nos afligen: el cansancio, la pobreza, la vejez, la enfermedad, los celos, el vicio, las pasiones, la suspicacia... Desesperada, Pandora intentó cerrar el cofrecito, pero ya era demasiado tarde. La venganza de Zeus se había realizado: la raza humana no podía ser tan noble como había querido Prometeo. La vida sería una lucha constante contra dificultades de todo género. Había pocas probabilidades de que el hombre pudiera aspirar al trono de Zeus.

    Pero el triunfo del rey de los dioses no era completo. Una cosita de nada había quedado en el fondo del estuche y Pandora consiguió encerrarla. Era la esperanza. Con ella el género humano había encontrado la manera de sobrevivir en este mundo hostil. La esperanza daba una razón para seguir viviendo.

    Aferrémonos pues.

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  6. Aferrémonos a ella, por supuesto, hermano Cansado. Ese es el ladrillo primigenio por el que empezar a construir, después de la gran vomitona. Aún debe haber esperanza en el fondo del cofre.

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