Sed bienvenidos...

... los que estáis asqueados de toda la Tontería que nos rodea, los que estáis hasta los cojones/ovarios de aguantar imbéciles e incompetentes, los que tenéis que reventar y no podéis porque vuestra castrante moral judeocristiana os lo prohibe, los que sufríais de pequeños las mofas de seres inferiores, los que esforzándoos no obtenéis recompensa, los que vivís en un mundo que no es para vosotros, los que sabéis parte de la verdad pero os toman por locos, los que necesitáis opinar sin ser juzgados por ignorantes, los que pudiendo cambiar las cosas aún dormimos.

sábado, 30 de octubre de 2010

JALOGÜÍN

Hermanos, hermanas...

El sincretismo religioso o mezcla rabiosa de conceptos y cosmologías siempre ha sido causa de muchas confusiones entre los “enteraos” y de guerras medievales y no tan medievales. Los que ignoran la historia aún seguirán abofeteándose con el guante por cuestiones de esta fiesta es yanki o qué ha sido del Tenorio. Para los que sepan del pasado multicultural de estas fechas va esta pequeña y trillada reflexión.

Ya sabemos que la tradición anglo y latina al respecto son lo mismo, por lo menos en estos tiempos. Ya lo dice la propia contracción: All hallow´s eve, es decir, “víspera de todos los santos” es una tradición de ida y vuelta, como los cantes de Cádiz. Lógicamente la tradición e idiosincrasia de cada pueblo ha hecho que las cosas se manifiesten de una forma o de otra, y que uniéndose en algún momento de los siglos se hayan mezclado, como toca en un mundo como este, chachipiruli-globalizado, y haya salido un producto raro y a veces incómodo de conciliar.

Véase: Catolicismo + Yoruba = Santerismo. Cristianismo + Paganismo Romano = Catolicismo…

El producto puede ser extraño. Don Juan y la Jack´o´Lantern no casan bien. La Conferencia Episcopal pide que los niños no vayan vestidos de fantasmas sino de Santos, demostrando cuán alejada está de la realidad del niño que le mete una somanta de palos a la madre por vestirlo de San Pancracio, o las collejas que recibirá él si se deja vestir de santo varón (que no se yo que es más tétrico, porque un disfraz de San Juan Bautista con la cabeza cortada bajo el brazo sería un disfraz de la hostia para Jalogüín). Y el trucotrato con el que te soborna el niñato del vecino, caracterizado con el original disfraz de zombi no tiene que ver con esa ínclita tradición de joderte la fachada con 3 docenas de huevos. Válgame… aquí todo kiski actúa como si las calabazas anglosajonas hubiesen vivido con nosotros de toda la vida.

Lo que sí es, es un producto comercial como que el anterior post iba de gafapastas. Más aún que ese San Valentín metido con calzador, en el que cualquiera que no regale nada a la novia es un truán y un hijo de la gran puta insensible, además de enfermo social y hereje. A mí los santos y el jalogüín me parecen de puta madre, pero estoy realmente cansado de esa insistencia de los medios en hacerme entender por narices que necesito vestir a los niños de druida gore, que necesito comprar un quintal de caramelos para repartirlos, que necesito decorar el balcón de mi casa, que necesito ir al cine a ver una de las de turno de terror adolestonto, que necesito celebrarlo con cena especial y cara (que para eso importemos el Día de Acción de Gracias y nos comemos un pavo en Noviembre y otro en Navidad), que necesito y que necesito y que necesito…

Yo no necesito una mierda. No estoy tan vacío como para necesitar continuamente, gracias a Dios y a la Virgen del Carmen. El problema no es Jalogüín. El problema es que como es costumbre importamos género sin querer saber de qué va el tinglao, sólo porque mola; y como pasa con la Navidad, gastamos a tutiplén, encantados de ser exprimidos sin tener idea ni querer saber qué cojones celebramos.

Para que se vea que sí tiene relación una cosa con la otra, mientras que escribo y oigo las chuminadas vociferantes del vecino que ha convocado en una barbacoa a una pandilla de amigotes disfrazados de tocapelotas para celebrar algo de lo que no tienen ni idea, evoco los versos primeros del Tenorio de Zorrilla:

"Cuán gritan esos malditos.
Pero mal rayo me parta
si en concluyendo esta carta
no pagan caro sus gritos".

Podéis ir en paz.

2 comentarios:

  1. Recientemente ha sucedido algo que deja clara la futilidad de la discusión entre santos y zombis.

    Unos reclamaban el día libre para llevarle flores a los difuntos y los otros para disfrazarse y decorar la casa. Pues bien, en breve tanto unos como otros en vez de comer caramelos o nueces lo que se van a comer es UN NABO, porque organismos políticos han decidido que hay demasiadas fiestas de guardar en este nuestro país y van a SUPRIMIR este día como festivo.

    Así que toca convencer a Interflora de que haga entregas a los nichos y a que los niños recojan los dulces prontito porque al día siguiente trabajamos como zombis como el resto de los días del año.

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  2. Jajaja! Ironías de la historia. Originalmente, cuando la tradición celta europea de guardar la noche en que los espíritus volvían a visitar el suelo terrenal elaborando linternas con hortalizas, fíjense que en vez de calabazas, más propicias en época posterior en norteamérica, hacíanse estas con nabos. Vueltas da la vida.

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