
¡Pecadores, fariseos! ¡Arrepentíos!
Ya hace dos semanas hablábamos sobre el politeísmo andaluz y los cofrades, hermanos. No se dejen abrumar por sus aires de seguridad potenciados por su pompa y parafernalia.
A Jesús de Nazareth le dieron matarile al pobre mío por una actitud heróica consistente en fomentar el cambio de un sistema cultual (de culto concreto), que estaba basado principalmente - aunque no quisieran verlo sus contemporaneos - en la ganancia económica. Alrededor del templo de Jerusalem existía una gran actividad de compra-venta, sobre todo de transacciones holocáusticas (para sacrificar animales había que comprarlos, prepararlos, mandarlos matar y ceremoniar todo el tema). El culto era sólo un pretexto para posibilitar una cadena comercial de la que se beneficiaban muchos. Acabar con todo esto era un tema peligroso. Arremeter contra los puestos de mercaderes no era sólo la acción psicótica de un loco, y amenazar con destruir un templo corrupto y reconstruirlo no era una chulería. Era arremeter contra el sistema, contra la mentira. Contra el "haz lo que está escrito, compra, danos pasta, o irás directo al Gehenna, lo dice Yaveh" (beneficio de saduceos y fariseos). Y reconstruirlo, hacer un saneamiento desde los cimientos.

Siempre ha sido así, no llegó nunca a cambiar. Desgraciadamente, en la práctica, Cristo es el gran perdedor romántico. Lógico que cuando un tío le eche cojones al sistema, ya sea ahora o hace dos milenios, se lo carguen, le evaporen, o le ignoren de lo forma más infame. No hará falta matarle, el pueblo pedirá su aniquilación. Nada ha cambiado. Ay, cofrades... arrepentíos de vuestros pecados, arrepentíos de ser vosotros los que, lejos de ser cristianos, fomentáis que el templo siga lleno de tienduchas, globos de Dora Exploradora, bares de tapas, y esas cosas por las que el galileo vendría a daros un remake de hostias como las recordadas en Juan 2, 13-22.
¡Pecadores, mercaderes! Lo que mueve este folclore no es el dinero. Es la fe. Seguro que sí.
Podéis ir en paz
A mí lo que más asco me da es verles llorando a las puertas de las iglesias porque se ha puesto a llover y no pueden sacar a pasear al muñequito. Hombres y mujeres adultos perpetuando genes y costumbres para que la misma conducta irreflexiva se reproduzca una y otra vez. Mientras, en los alrededores, y como bien dice El Predicador, los mercaderes se lamentan a su vez porque sin el muñequito ven mermados sus beneficios. La adoración hacia el nuevo dios, el euro, sin duda haría que si de verdad el Redentor regresase un día a la tierra con su auténtico discurso, lo tildarían de loco profano digno de la excomunión.
ResponderEliminarAyer, cerca de la iglesia desde la que salía una cofradía muy conocida por mí, lloraba "esmorecía" un chica joven vestida de penitente sin capirote. Las amigas le consolaban y abrazaban. Recordé que alguna vez oí decir a algún insensato que cuando no salía su virgen por causa de la lluvia era como si se muriera su padre, u otros que proponían cambiar la semana santa para que no coíncidiera con tiempo de lluvias. Sin comentarios.
ResponderEliminarEl caso es que a la susodicha, la conocía. Y pasando por el lado la escuché decir "¡No sale, no sale!", mientras otros hacían lo mismo.
Pensé: pero si yo se quién eres, y a tí te la trae floja el tema religioso, y ni tienes fe ni hostias... ¿a qué viene esto? ¿Hoy no puedes jugar a los muñecos?
Realmente hermanos, ¿por qué lo llaman fe, cuando quieren decir, emoción folclórica?
la gran baza de los sistemas económicos establecidos "culturalmente" o "ideológicamente" es que son capaces de convertir cualquier cosa que pueda suceder en una pieza de su propio arsenal armamentístico.
ResponderEliminar¿Qué importa de quién sean los mártires si al final puedes sacar beneficio económico del tema? Paciencia, Dinero y Masa Aborregada ¿Qué no pueden conseguir con estas cartas en su mano?.
Si te la clavaran por el orto una micra al día y hubiera toda una sociedad que te dijera que NECESITAS que te la claven día tras día ¿quién podría resistir a semejante gloria?.