IBERIA SUMERGIDA

Hermanos, hermanas...

“Este es mi sitio / esta es mi espina / Iberia sumergida”. Así rezaba una canción de uno de los mejores álbumes que ha parido el rock español, Avalancha, de Héroes del Silencio, año 1995. No soy un friki del rock, ni mucho menos. Este recuerdo me viene a la mente porque el otro día recibí en mi buzón la propaganda esperable en estas fechas de campaña electoral.

Publicidad con la foto de la lista de gente del pueblo y de fuera de él que se han apuntado voluntariamnte este cuatrienio a que les echemos de comer, les aportemos los dineros que sobren de los proyectos futuros, y lo que haga falta sin que tengan que doblar demasiado la espalda, y si es mandando mejor. El folleto era de un partido, no diré el nombre, porque para lo que vamos a decir, lo mismo me da uno que otro (porque al siguiente día recibí el del otro partido y era idéntica).

Vean y analicen para su disfrute personal la foto cañera y moderna que los retrata. Nótese ese porte sofisticado y seguro a lo “Perdidos”, con su Jack Shepar capitaneando ahí, con dos cojones, que nos viene a decir: Eh, somos héroes, un equipillo preparado de gente como tú, ciudadana, con tus mismos problemas pero con lo que hay que tener para arremangarnos y convertir la mierda en oro para esta aldea.

Pero adviertan lo rollizo de sus constituciones (cuánta carne para perros…), bien criados. Posiblemente a muchos haya que tirarles tierra en los ojos para que no coman. A estos no les falta de nada. Y además tienen la cara de apuntarse a chupar del frasco. Son los próximos que recortarán presupuestos para comprarle a la niña un piso, o los que elegirán a dedo a su cuñado para que rija la gestión de las basuras. Qué maravilla que la democracia permita estos milagros de oportuna y suma conveniencia. Estos serán a los que se les chupará el pollino si se quiere tener opción a algo en los próximos años y sin asegurar nada; la de felaciones (algunas buenas y otras malas que se ejecutarán en esas casas de putas que aquí en España llaman ayuntamientos). Pero en fin, compadre, hoy por ti y mañana por mí… que yo también aspiro a que me la coman a mí en alguna legislatura futura (y ahí vemos la explicación de que se deje hacer).

La propaganda de los partidos es para echarles de comer a parte. Un ejercicio de ingeniería burdo y comercial que hunde sus garras en el alma de cualquier descerebrado (es decir, un 90% de la población). En la lista y presentando a los integrantes se refería su profesión, mostrándola cuando el maromo era ingeniero industrial, pero sustituyéndola por profesional técnico comercial cuando era una dependienta de ultramarino. Es muy curioso que tanto los de izquierda como los de derechas aparezcan como progres en su apariencia (cosa que parece reservada a los izquierdosos), pero que en la realidad y con dos duros en el bolsillo, todos compartan el neoliberalismo económico (cosa aparentemente reservada a los derechosos). Lo que quiero decir es que yendo de progres te dirán que la sanidad y la educación pública es de puta madre y todo cristo debe tener confianza en el buen hacer de estas administraciones, pero ellos paren en clínicas caras donde les atiende el eminente doctor Don José María Beltrajano de Sotomayor, y sus hijos van a universidades privadas de prestigio a las que van los pijos que no alcanzan el aprobado en selectividad. Y los que alegan trabajar por el pueblo, se ausentan del banquillo para ir a las rebajas o seguir regentando su empresa, casualmente contratada por el consistorio. Toma ya.

Unos llevan el Gürtel de Valencia, otros llevan los ERE de Andalucía. A los ciudadanos, como zombis no les molestará tanto el mangoneo masivo cuando siguen votando a estas bandas de cacos. En resumen, tienen lo que se merecen. A veces pienso si fue antes el huevo o la gallina. ¿Estos tíos se hicieron así de cabrones por el poder, o llegaron al poder por ser unos cabrones?. Pienso en la segunda opción como la más probable, entendiendo que el sociópata tiene las tragaderas suficientes como para dedicarse a putear al resto y sacarles la manteca. Es como jugar a la ruleta de la fortuna, con todos los premios malos, o más bien una ruleta rusa con marrón garantizado. En todo caso, no son de la subespecie humana digna de seguir en este planeta. Acabando – ya que empezábamos – con versos de H.S…

“Los astros no están más lejos que los hombres con los que trato”.
“¿Quién manipula las esperanzas
en beneficio propio?
La experiencia es la evidencia
y las cuestiones mi fortaleza.
¡Rueda, Fortuna!”

Podéis ir en paz.