Las personas que muestren estabilidad emocional, capacidad de autocontrol y sensatez, estarán condenadas a tratar la exigencias, descontroles y excesos de los subnormales de la vida cotidiana (me refiero a esos que se autodan el derecho a cabrearse porque les has llamado dos minutos tarde, o los que te encumbran como amigo pero te despedazan a la primera que le dicen "no", o a los que ponen querellas porque no le dices a su niño que es muy guapo). Estamos rodeados de anormales hijos de puta.
Los que muestren conocimientos o apertura mental serán tratados de repelentes, se reirán de ellos los borricos y garrulos que conviven en cualquier calle, institución, o bloque de vecinos. Serán tomados por inferiores frente al chabacano (ente valorado y encumbrado a la excelencia ciudadana).
No maltratéis a vuestros hijos, padres futuros. Dadles el código preciso para comunicarse con la especie humana predominante, con los grupos humanos que sobrevivirán. No les déis libros o experiencias que les aporten un nivel de conciencia que les ponga en peligro de entender el mundo. Retrotraedlos a lo primitivo: que se refugien en las alegrías y frustraciones del fútbol, o en la realidad atrezzada de los montajes de la tele, o en la virtual realidad de las 28.983 amistades del Facebook. Decidles que si quieren solucionar algo griten más alto que el otro y amenacen con más denuncias. Que no toleren un sólo fallo a sus semejantes, que exijan lo que ellos nunca darían, que pidan sin dar, que reclamen lujos sin saber usarlos, y que reivindiquen derechos sin tener la calidad humana mínima para ser respetada. Otra solución: valorar a los garrulos y bajunos de la sociedad, y esterilizarlos ya de una vez. Ustedes... hacedme caso, coño. Podéis ir en paz.
Buenísimo, como todo lo que escribes.Aún así, prefiero ser como soy a mezclarme con los mediocres.
ResponderEliminarDios le colme a usted de bendiciones, hermana: por el elogio, pero sobre todo por la épica conclusión de su comentario, idea por la cual aún este planeta retiene algo de dignidad en las personas que conservan curiosidad, empatía y superación.
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