Sed bienvenidos...

... los que estáis asqueados de toda la Tontería que nos rodea, los que estáis hasta los cojones/ovarios de aguantar imbéciles e incompetentes, los que tenéis que reventar y no podéis porque vuestra castrante moral judeocristiana os lo prohibe, los que sufríais de pequeños las mofas de seres inferiores, los que esforzándoos no obtenéis recompensa, los que vivís en un mundo que no es para vosotros, los que sabéis parte de la verdad pero os toman por locos, los que necesitáis opinar sin ser juzgados por ignorantes, los que pudiendo cambiar las cosas aún dormimos.

sábado, 11 de septiembre de 2010

HIJO DE VECINO

Mis vecinos son unos hijos de puta.

Mi vecino contiguo organiza ágapes en la terraza de su casa que duran hasta las 2 ó las 3 de la madrugada, donde una serie de conocidos convidados, a la vez que zampan el condumio de la barbacoa, opinan en voz alta, emiten risotadas, y permiten a los niños (todos pequeños) corretear por la casa, llorar, gritar y no acostarse hasta que les salga de la punta del cimbel volver a sus respectivas guaridas. En definitiva, se esfuerzan en dar por culo, eso sí, desde el respeto y la tolerancia. Pareciese que el que se sabe vecino de otro, viérase en la obligación y meta de meter ruido y joder al prójimo como a sí mismo. ¿Qué tiene la gente en contra del silencio y el descanso, máxime cuando se practique en la intimidad del hogar?.

Como comprenderán, en noches como ésta es muy difícil dormir. A ellos les importa un mojón que los demás vecinos tengan que levantarse pronto para trabajar. Es más, me parece que ni siquiera lo consideran; no se les pasa por el saco de serrín que soportan sobre los hombros. Creo que es muy diferente el asunto cuando lo que perturba sus vidas son los estímulos sonoros de otros; ahí sí caen en lo malos que son los demás.

Pero observando a estos chupacolillas, comprendemos muchas cosas sobre su parejita de hijos de la gran España. Lejos quedan las benéficas influencias de Don Pimpón:

En un día de los normales, lo único que se le oye a mi vecino son gritos hacia los niños. Todo lo dice gritando como un mandril. Los niños, como es normal, lloran. Pero no lloran de verdad. Lloran, como la mayoría de los niños de esa edad, de mentira. Lloran como instrumento para a veces enternecer a la madre y otras para desquiciar al padre, pero siempre con un mismo objetivo: hartar a los padres y someterlos. Estos dos miembros de la GPG (Generación de Padres Gilipollas) negocian con los hijos para que se callen, les prometen cosas, ceden a chantajes. Cuando la retoña tira de cuerdas vocales y el mandril cabeza de clan se desespera, la coge de la mano y jala de la cría haciéndola correr por todos los pasillos de la casa a las 3 de la madrugada mientras le grita “¡¿qué?, ¿más… quieres más?, ¡a ver si te cansas de una puta vez y te duermes!”. Imaginen la escena y flipen, y si pueden, descojónense.

Paralelamente a los gritos familiares que se dedican entre ellos, vemos escenas de lo más tierno en estos tiempos mediocres. Ese padre cogiendo a la criatura y cantándole desde que tenía unos meses, el glorioso himno del Real Betis Balompié, (así, con todas las letras, que se note el orgullo, ese sentimiento deportivo aunque tenga una barriga cervecera soberana). Rediós… los vellos de punta se me ponen. Pero de mala hostia. El jodido himno una y otra vez, fuerte y con honra para inculcarlo al infante, cantado por el mismo gilipollas que cuando el hijo pinta la pared con indeleble te dice que no pasa nada, que ya aprenderá a no hacerlo, que todavía es muy chico para entender (claro, es que la criatura, en un acceso de ciencia infusa, a la edad X, le serán desvelados todos los secretos del universo sin que nadie le enseñe las cosas). Otros valores culturales serán celosamente traspasados al retoño, como la homofobia, la necesidad de poseer cosas, y el imperativo moral de levantar las faldas a las niñas.

¡Dios… socórrenos, ten piedad de nosotros, Señor! No olvides aquí tirados a los cuatro monos medio cabales que aún quedamos en este mundo lleno de retrasados funcionales. ¡Qué soledad, Dios mío, más grande! Dan ganas de coger a los Hermanos y Hermanas y fundar una comuna en Marte lejos de esta mierda. ¡Reivindico un Diluvio pero ya!!!

El hijo del vecino berrea ante el castigo de su madre, que a los 3 minutos cede y le deja libre tras una promesa en vano del engendro. El padre, que ayer chillaba a la niña como el que se pelea con un gorila de discoteca, hoy amenaza a la seño porque su hija no va a repetir se ponga la maestrascuela como se ponga, porque su hija es una santa, y lo que pasa aquí es que el colegio la tiene “cruzá”. Esa niña buena de 5 años, con regalo de papá día sí y otro también, es la misma que le llama hija de puta a la madre, mierdosa… y además… tonta.

¿Cómo le vas a decir a tu hijo que se acueste hoy a las 22.00, que empieza la champion y hay que verla tranquilo, si cuando vienen tus esbirros a casa no los acuestas hasta las 3?. Ah, coño… se me olvidaba, el niño tiene que aprenderlo solo, y tú tienes claro que aunque te dio por tener niños, tú tienes tu vida y no vas a renunciar a tu derecho a hacer lo que te salga. Con el desorden y la paupérrima organización, y lo poco que os importa, está claro que los niños os salgan unos bueyes almizcleros (sólo que sin capacidad volitiva), y rebuznen cada vez que quieren algo, o haya que limpiarles el culo hasta los 35, u os salgan hiperactivos perdidos, además de maltratadores… Normal.

Condeno a estos pecadores a sufrir las consecuencias y resultados de la abominación que están creando. Que vivan para soportarlo en carne propia.
Hermanos, no es para vosotros, esto es para ellos, y discúlpenme pero es personal. A mis vecinos y sus criaturas, desde el respeto y la tolerancia: sois unos cabrones y unos hijos de perra. Tenéis la vida de mierda que merecéis.

Podéis ir en paz.

5 comentarios:

  1. Estimado predicador, con respecto a este tipo de cuestiones he resuelto que el problema es o de los constructores que ahora hacen tabiques de risa, o de la falta de empatía de las personas que tienen que compartir bloque.

    Como arrendatario he sufrido vecinos de todos los tipos y me he dado cuenta de que todos han hecho lo que les ha salido de los cojones sin tener que ver con el vecindario, pero que si flojea la TDT rápido se da un rulo por casa de los vecinos por si el problema es del bloque.

    Puede que yo me esté volviendo un cascarrabias, pero conviviendo con una persona que trabaja en un sistema de turnos te das cuenta de lo porculera que es la gente las 24 horas del día. Ante este tipo de cosas puedes visitarlos y apelar a lo poco que les quede de cordura y pedirle que se quiten los tacones para pasar la aspiradora, que no organicen fiestas de 9 de la noche a 9 de la mañana, que los aparatos de gimnasia sobre los que tiene que pegar botes transmiten la vibración al puto suelo, que vives en un piso de menos de 30 metros cuadrados y que no necesitas un home cinema, que hay una cosa que se llaman auriculares y que sirven para que si quieres aprender a tocar un instrumento las escalas te las tragues tu mismo, que jueguecito de la play en el que hay que tocar la batería por mucho que le bajes el volumen no deja de ser un imbécil pegándole palos a un aparato, que se puede ser gay y se puede ser loca pero que los chilliditos y las palmitas emiten los mismos decibelios al margen de tu orientación sexual, que para follar no es necesario arrastrar de los pelos a tu pareja mientras recitas la biblia al revés eructando, que es fantástico ser un niñato parguela de flequillito y gafotas al que le gusta Laura Pausini pero que no hace falta que cantes con esa voz horrible todos sus éxitos día y noche, que cuando un vecino de arriba tira agua por el patio interior es físicamente posible que a un vecino de pisos inferiores le pueda entrar por la ventana, que la escalera no es un puto locutorio y que hay una cosa que se llama telefonillo (o fonoporta... gran palabra) que sirve para comunicarse del portal al piso que quieras, y que no hace falta que uses el hueco de la escalera para hablar cuando además y que aunque no os enteráis YO SI QUE OS ESCUCHO ALTO Y CLARO HIJOS DE PUTA!!... y seguro que me dejo un millón de cosas en el tintero.

    En cualquier caso los niños son sí o sí un foco de ruido constante al mando de unos padres dementes. Durante una temporada viví bajo una pareja acomodada que tuvieron gemelos. Me tragué los llantos, las noches en vela, los chillidos, los arrumacos, las visitas, los amiguitos, los correteos, las caídas, los tacatacas, las primeras palabras, las segundas y las gracias repetidas hasta la saciedad... así hasta que comenzaron a jugar al baloncesto sobre mi cabeza y a un juego divertidísimo que cariñosamente llamábamos "rueda la bombona".

    Muchas veces me planteo si nuestra generación era así, o más bien si nos dejaban ser así, pero yo recuerdo que como yo tuviera una noche tonta una sola mirada de mi padre desde el otro lado del pasillo hacía que mi sola presencia se diluyera y me transformara en un mueble más de la habitación.

    Supongo que en este tipo de cuestiones está también el tema solidario, de manera que si en el mismo bloque el 70% de los vecinos tenían descendencia recientemente la tolerancia es mayor. Si yo fuera parte del 30% restante no lo dudaría y me compraría una mascota porque va a ser el único periodo en el que no te van a decir ni pío porque ladre, muja o barrite.

    Sepa usted, señor predicador, que aún conservo y utilizo aquellos tapones para los oídos que tuvo a bien compartir conmigo en un gesto de solidaridad y camaradería entre puteados. No sabe lo mucho que se lo sigo agradeciendo cada vez que los utilizo.

    Dios nos conserve la vista, porque como nos conserve el oído... puteados hasta el día que hinquemos el morro.

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  2. Hace tiempo que los macacos pasaron de vivir en la copa delos árboles para comprar pisos.
    Tengo por vecinos a un par de ellos dignos de una estampita del bollicao.
    Para más señal se trata de una pareja de garrulos que no saben hablar en voz baja. Saben hacer una cosa muy bien, tanto que si fuera deporte olimpico ganarían el oro en la modalidad en pareja de arrastre de muebles.
    Creo además que les han quitado la custodia de sus hijos, porque los educan de maravilla.
    Suele decirse por ahí que con el tiempo cada uno tiene la cara que se merece. No se si es verdad, pero algunos dadores por culo deben merecerse la cara de un culo arrugao.

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  3. Discite Iusticiam, moniti, et non temnere divos.

    Hermanos y hermanas:
    Vuelvo de entre las brumas del silencio, para pronunciarme en el caos del ciberuniverso. Caido en las lagunas del hielo negro, neuromante sin rumbo.
    ¿Es que no os habeis dado cuenta aún?. Hay dos luces que dirigen a los humanos, la ética o la moral, cuando no se es inteligente para la primera sólo queda que la segunda sea la madre impositora, y como veis en plena crisis de moral tenemos a usa sociedad que deambula sin brújula.
    No hay castigos para los malos, no hay justicia aplicable. No hay solución para un descerebrado.

    Bellum intermecinum et sit vis vobiscum.

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  4. Estimado predicador:
    Como siempre sigo comulgando en este sagrado y recogido templo que tú has fundado. Deberíamos rogarle al Todopoderoso que enviara una de sus plagas de Egipto contra esos aspirantes a personas. Una plaga selectiva como la que acabó con los primogénitos, solo que en este caso sería contra los horteras profundos. El mundo se libraría de un gran peso por su deterioro ambiental y antiestético.
    Saludos cordiales.

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  5. Me gustaría darles la bienvenida a los hermanos Sagael y Mirlo Blanco, que han vuelto pasarse por esta parroquia a obsequiarnos con sus siempre interesantes e ilustrados comentarios. Un saludo, hermanos.

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