Hermanos, hermanas...
Uno no es misántropo sólo por evocar a seres humanos que matan y roban, y tienen emociones viles. Me explico. Si contáramos con un fantasioso método exacto y matemático por el que calcular una “media” humana que nos diera como resultado al ser humano medio (medio en todos los aspectos: culturales, educación, costumbres, gustos, personalidad, comportamiento…) que poder exponer ante un comité de calidad evaluador y extraterrestre, el resultado sería nefasto, teniendo en cuenta que esperaríamos ver un humano como el que sale anunciando dodotis o coches por la tele, triunfador, de casa blanca y minimalista, con esposa o marido guapos y jóvenes y un par de hijos sonrientes que sacan al perro a pasear. Pero nos comeríamos una hez fecal al ver que el producto sería un vil simio futbolero, que no sabe apenas escribir, que apenas entiende lo que lee, de mentalidad medieval y costumbres robóticas que no se plantea, que tiene hijos por tenerlos, y que prefiere la cerveza a pensar en algo más elevado.
El otro día fue el Día de la Discapacidad. Entiendo que habría que redefinir el concepto de “discapacitado” para aplicarlo dentro de esta población humana tan normal y tan media. Pensamos en una persona afectada con Síndrome de Down o en otra en silla de ruedas y hablamos de la discapacidad, cuando muchos de ellos están capacitados para casi todo, y adaptados a una vida normal en la medida de lo posible. Sin embargo, de entre la masa de pecadores que nos engulle, sí habría que darle la minusvalía (en porcentaje atroz) a muchos de ellos. Así que permítaseme:
Discapacitados los que se quejan y se quejan en grado sumo, no saliendo nunca de la comodidad que supone no aportar ninguna solución, que sí exigirán a los demás.
Discapacitados los que hablan y hablan sin parar sin escuchar a los demás, porque ellos nunca aprenderán nada.
Discapacitados los que practican lo anterior pero además su temática es el “yo, me, mi, conmigo”, porque nunca llegarán a comprender otras visiones.
Discapacitados los que ante un “buenos días”, no tienen sangre para contestarte al saludo, porque ellos serán los miserables sociales.
Discapacitados los que perdieron el sentido común, y no les da para entender que si les va tan mal es por causa de ellos mismos y no porque los demás se hayan puesto de acuerdo para joderles, porque están definitivamente perdidos.
Discapacitados los que viven para el momento de la botellona, porque ya han perdido su vida.
Discapacitados los que dependen siempre de tener a alguien al lado para hacer cualquier cosa, porque nunca serán libres.
Discapacitados los que hacen chanza de no haber leído ni un libro, porque ellos heredarán toda esta podredumbre.
Discapacitados los que creen tener siempre la razón, porque son los primeros engañados.
Discapacitados los que siempre ponen excusas, porque nunca se permitirán la mejora.
Discapacitados los que no tienen curiosidad, porque nunca verán la esencia de la vida.
Discapacitados los que contestan agresivamente a la primera, porque ellos heredarán la soledad y el miedo.
Discapacitados los que se dejan devorar por el miedo, porque ya viven muertos.
Discapacitados los que infravaloran lo desconocido, porque suya es la derrota de antemano.
Discapacitados los que no luchan por mejorar, porque su condena es la discapacidad.
Aunque todas estas limitaciones sean en realidad discapacidades severas, no dudaría en utilizar para toda esta fauna de sobrados y engañados - no el concepto de discapacitado - sino el históricamente desfasado y más exacto para ellos, concepto de: SUBNORMALES.
Podéis ir en paz.
martes, 7 de diciembre de 2010
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Estimado Predicador, comulgo, como siempre, con su preclaro sermón. Estamos rodeados de discapacitados culturales e incluso vocacionales. Por eso hago míos estos versos de Lope de Vega.
ResponderEliminarA mis soledades voy,
de mis soledades vengo,
porque para andar conmigo
me bastan mis pensamientos.
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De cuantas cosas me cansan,
fácilmente me defiendo;
pero no puedo guardarme
de los peligros de un necio.
El dirá que yo lo soy,
pero con falso argumento,
que humildad y necedad
no caben en un sujeto.
Un cordial saludo de Mirlo Blanco.
Mundo extraño este en el que vivimos... cuanto menos paradójico. Y es que mientras nos conmueve el esfuerzo del que, a simple vista, parece no poder, o poder menos, los que pueden, esos, se empeñan en encontrar excusas (llamense etiquetas, perfiles, diagnósticos a la carta...) para "justificar" sus discapacitanzas.
ResponderEliminar¿Dije paradójico? Triste y lamentable, eso es lo que es, icono y muestra de esta sociedad en la que lejos de hacer fuertes a los nuestros, en cuerpo y espíritu, les enseñamos a dar lástima de modo que lejos de aprender del que se esfuerza de modo "sobre-humano" (es el mejor cumplido que se me ocurre) para superar sus limitaciones, los empapamos en la picardía y el arte del "no seas tonto, si no te aprovechas tú, de todos modos, otro lo hará. Tú hazte el Tonto". Nunca vi consejo más efectivo. Dicho y hecho, al final acaban por serlo.
Cuánta razón, hermano Predicador. Así estamos.
Grandes apreciaciones, queridos hermanos.
ResponderEliminarSorprendente y cansino el ver a los de nuestra especie perseguir como un sueño el que le endiñen una paga vitalicia por minusvalía (veáse el caso de la que parió a la Campanario), inventándose para tal efecto depresiones crónicas y fibromialgias varias, que en el 90% de los casos no son más que personalidades quejumbrosas que no soportan trajinar por falta de costumbre.
Esto hace metástasis y ves a los padres partiéndose la cara por el diagnóstico de hiperactivo de su niño, con el objetivo de que le echen menos tareas; y los adultos llorándole a los psiquiatras bajándose voluntariamente a la altura del betún más indigno, para conseguir una baja y pasarla en el sofá en pijama y engordando.
Como me dijo el otro día un hermano, acabaremos como los seres humanos que salían en la película Wall-E. Bueno no... ya están aquí.
Efectivamente el mundo está lleno de discapacitados sin papeles, pero ¿qué hay de los capacitados con papeles? ¿Qué hay del que cojea o se hace el estresado para conseguir una “paguita” o una plaza de aparcamiento?.
ResponderEliminarÚltimamente escucho muchísimos relatos de personas en esta tesitura y tengo que decir que me repugna ver el grado de chunguez del “listo” y de los que le dan palmaditas en el hombro y le ríen las gracias pro ser un vivo y un pícaro.
A estas personas les provocaría una minusvalía para que supieran por qué hay gente que necesita de nuestra comprensión y no de nuestra ingenuidad.