Hermanos, hermanas...
Un breve comentario, aprovechando la posibilidad que me brinda el púlpito de nuestra parroquia para “hacer un llamamiento” (como dirían los egregios concejales de nuestros ayuntamientos) a una categoría humana que tampoco necesita mucha atención, ni yo voy a caer en invertir demasiado tiempo en despacharlos.
A esos que antes de hablar contigo te leen tus derechos para que te la cojas con papel de fumar cuando trates con ellos.
A esos que van de chaqueta y corbata a la tutoría del niño para amedrentar a la maestra.
A esos engominados con moreno de spá y duchados con lejía intentando conciliar lo que gana en su megaempresa con los dineros que pilla de ser consejero del equipo de fútbol de su ciudad.
A esos imitadores de Vito Corleone metidos en las listas electorales que buscan hasta en el Facebook las fotos del rival y su dominatrix.
A esos amigos del Tribunal Supremo que te amenazan con medidas cautelares porque les das el bollo tostado en la panadería.
A esos que te estrechan la mano desde arriba.
A esos que te hablan sin mirarte porque no eres de su casta de mierda.
A esos que son de Franco por herencia familiar.
A esos que creen limpiar sus pecados por ser de la junta de una cofradía.
A esos que llaman Kunta Kinte a los negros, pero por su nombre, billetaje, y su "Don" por delante al que juega en el Madrid.
A esos que tienen que tener una modelo por parienta, que luego aguante los cuernos por dinero.
A esos que tienen reservado un puesto de magistrado o de catedrático a su hijo aunque este sólo sepa meterse rayas en Ibiza.
A esos ejecutivos agresivos que lo fliparon con Gordon Gekko y entre todos quedan en restaurantes caros para chuparse las pollas unos a otros.
A todos esos chupasangre que se piensan la élite de la sociedad, en verdad les digo:
ME LA COMÉIS.
Podéis ir en paz.
jueves, 31 de marzo de 2011
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Hay que hacer aplicaciones de iPhone que sirvan para darle al dueño un par de hostias cuando se las merece.
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